Michelle Obama es una primera dama del siglo XXI. Ella como nadie sabe cómo utilizar las nuevas tecnologías y el alcance de las redes sociales para publicitar las campañas sociales o estatales en las que se implica.
Desde que su marido llegó a la presidencia de Estados Unidos en 2009, la señora Obama se ha involucrado en numerosas iniciativas. Gracias a estas se le ha podido ver bailando, cantando, disfrazada y ahora, incluso rapeando. En este caso, lo ha hecho por una buena causa: alentar a los jóvenes de su país a cursar estudios universitarios. Junto con el cómico Jay Pharoah, conocido por formar parte del programa Saturday Night Live, la primera dama estadounidense se lanza a rapear, como si de una estrella de la industria se tratara. Discernida, haciendo movimientos propios de este género, con gafas oscuras y caminando con mucha actitud por los jardines de la Casa Blanca, así se puede ver a Michelle en el videoclip que acompaña la canción. La iniciativa se enmarca dentro de la campaña Better Make Room, dirigida a estudiantes de entre 14 y 19 años, la llamada Generación Z. El propósito es que los jóvenes tomen conciencia de su futuro y decidan cursar estudios superiores en beneficio de su futuro profesional y del mejoramiento de su calidad de vida.
En los últimos años, Estados Unidos ha sufrido una bajada en el número de matrículas en educación superior, de acuerdo con la campaña. Uno de los motivos de esta reducción de las cifras se debe al alto costo de las carreras universitarias en el país. La matriculación en Harvard, por ejemplo, una de las universidades privadas más prestigiosas a nivel internacional, cuesta 43.000 dólares al año (más de 140 millones de pesos). En el caso de las públicas, el precio sigue siendo desorbitado. Para estudiar en Berkeley, un estudiante debe desembolsar 13.000 dólares anuales, cerca de los 43 millones de pesos, si vive en California, estado donde se localiza la institución educativa. En caso de no ser residente, el costo asciende a 35.000 (113 millones). A principios de este año, el presidente Obama lanzó una propuesta sobre educación que todavía debe aprobar el Congreso, con la que pretende que nueve millones de personas accedan de forma gratuita a la universidad. El objetivo es hacerle frente a los costos prohibitivos que definen la educación estadounidense y brindar oportunidades a los sectores poblacionales con menos recursos. Se prevé que más de un millón de hispanos se beneficiarán de esta medida.