Las informaciones que publicó Semana Educación sobre el posible cierre de la Universidad San Martín generaron cierta incertidumbre en la comunidad académica sobre el futuro de la institución, intervenida desde 2015 por el Ministerio de Educación para resguardar los derechos de sus más de 8 mil alumnos.En las últimas horas un trino devolvió la calma a funcionarios y estudiantes de esa universidad perseguida por rumores de inestabilidad financiera y deudas que todavía no se logran cuadrar. El ministro (e) Francisco Cardona aseguró en su perfil de Twitter que “Ni como viceministro, ni como ministro he firmado documento sobre cierre de Universidad San Martin”.Le puede interesar ‘¿A punto de cerrar la Universidad San Martín?‘Semana Educación había señalado en un primer artículo que esta era una posibilidad tras conocer la existencia de un documento interno del Minisiterio de Educación que así lo confirmaba. Varios profesores de la institución le dijeron al portal que conocían de la difícil situación financiera por la que atravesaba la entidad. En especial porque desde hace meses el Ministerio ha negado todos los registros calificados de los programas académicos de universidad, y sin estos una institución de educación superior no puede operar ni recibir ingresos por cuenta de las matrículas nuevas de estudiantes.Lea: ‘Profesores de la San Martín se pronuncian sobre la crisis de la universidad‘Jesús Arengas, abogado y representante legal de 200 trabajadores de la universidad en la sede caribe, aseguró a este portal que la San Martín arrastra una deuda de 650 mil millones de pesos. 400 mil millones corresponden a obligaciones laborales (pago de prestaciones sociales, salarios, liquidaciones de contratos y aportes a la seguridad social), y los 250 mil millones restantes a obligaciones con la Dian. La situación de la universidad, aunque preocupa a much0s estudiantes que deben terminar allí sus carreras, no ha sido un tema ampliamente comunicado. El Ministerio de Educación, avalado por la Ley de inspección y vigilancia, tomó las riendas de la San Martín en 2015 y removió a todos los miembros de la directiva (incluido su fundador, Mariano Alvear), nombró nuevos altos funcionarios y restableció las labores académicas y administrativas.La intervención permitió, según el balance de Parody, que 8.269 alumnos retomaran las clases en diciembre de 2015 y se reabrieran programas en los 19 Centros de Atención Tutorial (CAT) con los que cuenta la fundación y en sus cinco sedes presenciales. A los 947 docentes -551 en programas presenciales, 342 en programas a distancia y 54 contratistas- y 524 administrativos se les restablecieron sus derechos y se les garantizaron las condiciones laborales, así como sus salarios. Algo que no sucedía desde hacía años. (‘Así están las cuentas de la San Martín‘)También se logró que 3.831 estudiantes se graduaran y que otros 1.056 fueran trasladados a 30 instituciones de educación superior de todo el país para continuar con su formación, entre ellos 404 cuyos programas no contaban con registro calificado.La incertidumbre sobre el futuro de ese centro académico sigue siendo una constante en cada una de sus sedes. Muchos ven como la universidad pierde cada día más fuerza y en especial los estudiantes temen lo que eso signifique para sus carreras, el terminar como egresados de un centro académico que lleva varios años en el ojo del huracán.