En Colombia es común la imitación de modelos que han sido exitosos en otros lugares. Si la economía de algún país crece después de un tratado de libre comercio, en Colombia se firman numerosos acuerdos. Si el modelo de privatización y de contratación del servicio educativo funciona en norteamérica, acá lo imitamos. Lo mismo ocurre con la evaluación docente, los índices de calidad, o con los famosos modelos de Shangai y Finlandia. Seguramente con las mejores intenciones el Ministerio de Educación ha imitado, con muy ligeras modificaciones, lo que funcionó en otros países. Sin embargo, las respuestas que han encontrado en otras naciones, no siempre coinciden con la realidad colombiana. Así, en los últimos años, por ejemplo, los informes de las Pruebas Pisa se han convertido en una guía para medir y trazar las metas educativas en Colombia.Sin embargo, Tiina Silander, directora del Departamento de Formación de la Universidad de Jyväskylä, Finlandia, advirtió que los países latinoamericanos deberían crear y diseñar políticas educativas propias. Desde luego, afirmó, que “es necesario tener en cuenta las pruebas Pisa, pero no deben ser el indicador más importante.” Así lo sostuvo en su visita a la Universidad ICESI en el Valle del Cauca. Por su parte, Emilia Ahvenjärvi, otra de las expertas en educación, aseguró en la universidad que los buenos resultados en las Pruebas Pisa no garantizan la calidad en la educación. Incluso dijo que “si se establecen políticas educativas solamente para sacar un buen puntaje en una prueba internacional, puede que sea difícil llegar a la excelencia en aprendizaje y enseñanza.”Por otra parte, es importante no sacar de contexto los modelos que han sido exitosos en las Pruebas Pisa. Un ejemplo, al que se recurre con frecuencia, es que el éxito finés consiste en que en su sistema educativo no hay tareas. Sin embargo, Tiina Silander afirmó que esa aseveración es falsa. En Finlandia sí ponen tareas.Otro ejemplo de generalización muy recurrente es que en Finlandia el proceso de admisión para ser maestro es muy complicado. Emilia Ahvenjärvi asegura que en parte es cierto: no es fácil estudiar para ser profesor. No obstante, no se trata de una particularidad de la profesión docente, lo mismo ocurre en casi todas las carreras de ese país. Así lo afirmó en su visita.Las recomendaciones para Colombia son dos, según las expertas: se necesita fortalecer las universidades, para que la educación superior guie con sus investigaciones las políticas educativas para alcanzar la excelencia educativa en el país. El objetivo es que se piense desde Colombia y para Colombia. Pero desde luego, no se trata de cerrarse. También afirmaron que son útiles los intercambios internacionales, para enriquecer las discusiones pedagógicas con las experiencias de otras naciones.