En agosto de 2016, una protesta de padres de familia, líderes de movimientos católicos y cristianos, provocó un terremoto político al movilizarse contra unas cartillas publicadas por el Ministerio de Educación, con el argumento de que promovían la ideología de género y podían volver homosexuales a niños y jóvenes. El revuelo (que también se armó con ayuda de una buena dosis de fake news que circularon en redes sociales) fue tan grande que la entonces ministra Gina Parody terminó dejando su cargo al poco tiempo. Para contexto: Las cartillas falsas de Mineducación que pusieron en alerta a los padres en el Caribe Dos años después, ya bajo otro gobierno, la controversia vuelve a la calle. Ahora, los movimientos religiosos se oponen a dos decretos, el 762 y 410, que fueron dictados para defender los derechos de la comunidad LGBTI, a través de estrategias que promocionen y promuevan el respeto de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales. Para las organizaciones que promueven estas manifestaciones, los decretos lo que generan "es una avalancha de la izquierda a través del discurso de la inclusión, igualdad, amor, para secuestrar las mentes y los corazones de nuestros niños", según afirma Samuel Ángel, director del movimiento católico Solidaridad, uno de los organizadores de las marchas. Las marchas se realizan en Bogotá, Medellín, Armenia, Yopal, Pereira, Neiva, Villavicencio, Mocoa, Pasto, Puerto Asís, Tunja, Popayán, Manizales, Cúcuta y otras nueve ciudades más. Ángel asegura que no buscan discriminar a nadie, pero que se oponen a que se imponga la ideología de género. Afirma que esta vez no se van a detener.

SEMANA EDUCACIÓN (S.E.): ¿Por qué están inconformes con los decretos 762 y 410 y por qué salen a marchar? Samuel Ángel (S.A.): El malestar está precisamente en que el gobierno del expresidente Santos amplió la ideología de género a todo el Estado y no únicamente a los colegios. Le hicieron metástasis a esos discursos y ahora es algo transversal a las entidades públicas del Estado y lo quieren convertir en futuras políticas públicas, las cuales hablan de espacios de promoción y apalancamiento de esta ideología con recursos públicos. Además, marchamos porque los decretos tienen medidas coercitivas. Es decir, a través de ellos nos imponen una ideología. Nosotros respetamos las fantasías de los otros, pero lo que no respetamos es que nos obliguen a creerlas, financiarlas y que nuestros niños las vivan. Usarán nuestros impuestos para marchas LGBTI, libros, banderas y conferencias sobre el tema. Con un agravante: ya se está haciendo. El 15 de septiembre en una biblioteca pública de Bucaramanga dictaron una conferencia que se llamó ‘Sexo entre mujeres y sodomía‘. Así mismo, la Alcaldía de Pasto sacó libros con el eslogan “nuestro amor no daña. Tu odio sí”. Esta marcha no tiene un contenido religioso en realidad. Es una reacción cultural. Yo no soy sacerdote, no soy monje. Soy un ciudadano con preocupaciones que está de acuerdo con la civilización católica. Soy un académico. Sin embargo los que atenderán la marcha son grupos religiosos, porque están en contra de estos decretos que buscan una civilización distinta basada en el marxismo y neopaganismo. S.E.: ¿Qué pasó en la marcha anterior? S.A.: La marcha del 10 de agosto de 2016 tuvo una gran motivación: el rechazo a la ideologización de nuestros niños. Sin embargo, las preocupaciones no fueron atendidas por el expresidente Santos. Ahí el problema eran las cartillas de Gina Parody, pero el trasfondo del tema era la no discriminación y generar supuestos espacios de no discriminación. Pero, lo que se ha generado con los decretos es una avalancha de la izquierda a través del discurso de la inclusión, igualdad, amor, para secuestrar las mentes y los corazones de nuestros niños. A pesar de que se frenaron por unos días las cartillas y que a la postre dio con la salida de Parody, el expresidente lo que hizo fue llevar los supuestos espacios libres de discriminación, pero ya no a los colegios sino a todos los espacios públicos y privados del Estado. A diferencia de la marcha de 2016, esta vez no nos vamos a detener. S.E.: Entonces, ¿están de acuerdo con la discriminación? S.A.: No estamos de acuerdo con la discriminación. Pero estas políticas generan la división de la sociedad. Hemos investigado qué son los colectivos LGBTI: son grupos de izquierda con ideología marxista. La ideología de género está apalancada en el comunismo. S.E.: ¿De dónde sale esa relación entre comunismo y comunidad LGBTI? S.A.: Esto sale de la literatura existente, de las escritoras cumbre como Simone de Beauvoir con su libro El segundo sexo, Monique Wittig con El pensamiento heterosexual y Judith Butler con El género en disputa y Deshacer el género. El tema es completamente académico. S.E.: ¿Dónde está esa ideología de género para ustedes? ¿En qué consiste y por qué es negativo para la sociedad? S.A.: La ideología de género es un conjunto de ideas anticientíficas que con propósitos políticos totalitarios desarraiga la sexualidad de la naturaleza y la explica monopolicamente por la cultura. La gente habla de ideología de género pero muchos medios no saben a qué se refiere. S.E.: Explíquelo, por favor, con un ejemplo S.A.: Si yo Samuel me autopercibo Laura, pues es mi vida y mi problema. Pero no nos digan que es científico porque no lo es. Además, a nosotros no nos preguntan si estamos o no de acuerdo con ellos. Estos decretos debieron pasar por el orden legislativo, pero lo hicieron de un plumazo. Los están ejecutando. A nadie le dijeron. Esto no pasó por el Congreso. S.E.: Usted dice que hay una distancia entre los conceptos de homosexualidad y los que se reúnen en la sigla LGBTI. ¿En qué radica la diferencia? S.A.: Es inmensa. Porque los colectivos LGBTI son colectivos ideologizados de extrema izquierda, con la intención de dividir a la sociedad. El homosexual vive su vida y no le interesan estos colectivos de activismo ni sus pretensiones. Mientras, la izquierda es especialista en las siglas y lo que hace es confundir con la agrupación de los términos. En esto hay una inmensa demagogia de terminología. Con tantas letras la idea es romper a la sociedad. Siguiendo con el manual de Judith Butler, ya no es el proletariado sino el travesti como persona para destruir a la sociedad. S.E.: ¿Si la Constitución existe, entre otras cosas, para defender los derechos de la sociedad colombiana -incluso respetando las diferencias entre unos y otros-, por qué ir en contra de estos decretos que garantizan los derechos de una población específica en el país que antes no era tenida en cuenta en las políticas públicas? S.A.: La constitución política dice que garantiza los derechos sociales, económicos y culturales del pueblo colombiano. Pero aparece un decreto que dice garantizar los derechos de los homosexuales, cosa que ya se supone que está incluida en esa primera premisa. Entonces por qué no sacamos decretos para garantizar los decretos de los enanos, de las prostitutas, de los pelirrojos, abuelitas, negros. Esos decretos son demagogia: garantizar sin ningún motivo. ¿A qué realidad atienden si la premisa en la constitución de por sí obliga a garantizar los derechos de todos? Estos movimientos tienen propósitos políticos totalitarios y nosotros conocemos esa estrategia y la hemos venido denunciando. No estamos de acuerdo con que las políticas públicas estén basadas en deseos, sino sobre realidades: la raza, la lengua, el color. S.E.: ¿Cuál es el problema de una educación, difusión y promoción basado en el respeto y reconocimiento de los derechos de la comunidad LGBTI? S.A.: Primero se rompe la patria potestad de padres e hijos. Los hijos no son del Estado y no tiene por que ser educados con ese tipo de ideologías. Se están generando unas tremendas confusiones con nuestros niños. Y esto los incentiva: un niño debería dedicarse a estudiar en matemáticas y ciencias. No estar pensando si quiere tener sexo. Están generando una hipersexualización de nuestros niños. En el colegio San Judas Tadeo, de Medellín le pasan a los niños un formato de aproximadamente cinco géneros. Los niños son seres sexuales porque nacen sexuados. Pero de ahí a que los sexualicen hay un paso abismal.