Para nadie es desconocido que la meca de la innovación tecnológica está en Silicon Valley, al sur de la ciudad estadounidense de San Francisco. En esa región californiana se localizan las mayores corporaciones de tecnología del mundo. Sin embargo, aunque de ahí han surgido los mayores hallazgos en el campo de la informática, hoy ya no es extraño escuchar de la existencia de otros Silicon Valley, lugares donde la academia, las alianzas público privadas y el talento de los jóvenes conviven en un mismo espacio para avanzar en computación, programación y diseño. Los "genios" de la informática ya no estudian y trabajan solo en Estados Unidos. El aumento de cobertura del internet y el despertar de la economía en relación a los nuevos modelos de negocio ha provocado que muchos expertos en la materia ya no tengan por qué salir de sus países de origen para trabajar en empresas como Facebook o usar las cómodas oficinas de Google. Las políticas migratorias de Donald Trump también han ayudado para que muchos inmigrantes decidan regresar a sus estados y trabajar desde ahí en pro del desarrollo tecnológico. A esto se le conoce como la “fuga de cerebros” de San Francisco hacia Chile, Brasil y a México. Países cuyos gobierno, además, facilitan la creación de corporaciones. Según una investigación de The Economist, “Chile explota el punto débil original del Silicon Valley, el terrible sistema de inmigración. Cuando el hogar de la libre empresa rechaza a los empresarios, Chile les da la bienvenida”.Relacionado: La batalla de los gigantes tecnológicos contra TrumpPor medio de “Start-Up Chile”, el empresario, Nicolás Shea, que estudió en la Universidad de Stanford y vio como personas inteligentes eran expulsadas porque no podían obtener visas para quedarse en Estados Unidos, creó un programa que selecciona a firmas jóvenes prometedoras para darles un presupuesto y un visado de un año para ir y trabajar en sus ideas en este país.El gobernador de Jalisco en México, Aristóteles Sandoval, también está tratando de aprovechar esta fuga: en febrero de este año propuso a varias compañías usar la infraestructura del estado méxicano para acoger a aquellos empleados inmigrantes que temen por sus visados en Estados Unidos.En Colombia, se aprobó la Ley 165 de 2016 que planea promover el modelo de spin-off, una tendencia mundial que busca involucrar a las universidades para que las investigaciones que se realizan no se queden solo en el papel, sino que se conviertan en un verdadero aporte para la generación de empleo e ingresos para el país.Le puede interesar: Colombia podría tener su propio Silicon Valley“Esperamos que a partir de esta ley en los diversos programas de doctorado con que cuenta la Universidad Nacional, comiencen a gestarse nuevas empresas y que se unan a las actuales producciones en revistas especializadas y formación de capital humano con alta cualificación”, aseguró el profesor Diego Torres de la Nacional.Aunque muchos países han tratado de crear sus propias versiones de Silicon Valley, casi todos han fracasado, según la investigación The Economist. Sin embargo, también existen casos de existo. Semana Educación seleccionó algunos de ellos: Lea:Científicos podrán beneficiarse económicamente de sus investigacionesBrasil: Además de que este país cuenta con una oficina en el propio Silicon Valley (la agencia de Comercio e Inversiones “Apex Brasil”), varias ciudades e incluso municipios del país carioca son centros académicos y de desarrollo tecnológico. Es el caso de Santa Rita do Sapucaí, ubicado en el sur del estado de Mina Gerais, que con tal solo 40 mil habitantes que antes producían café y leche, ahora cuenta con empresas innovadoras creadoras de la urna electrónica, el chip del pasaporte electrónico y el transmisor de televisión digital nacional, entre otros.La creadora de este paraíso tecnológico fue Luzia Rennó Moreira, sobrina del expresidente de Brasil, Delfim Moreira, quien al casarse con un diputado se fueron juntos a viajar por el mundo. De este recorrido por varias potencias mundiales, llegó con la inteción de crear la Escuela Técnica de Electrónica (ETE). Con la ayuda del presidente brasileño del momento, Juscelino Kubitschek, fundó en 1959 la primera escuela de nivel medio de Electrónica de América Latina.Seis años después, para continuar la formación de los estudiantes que tenían que salir del municipio para ser profesionales, se creó el Instituto Nacional de Telecomunicaciones (Inatel), primer centro de enseñanza e investigación a ofrecer curso superior en el área de telecomunicación. Para completar, también se estableció en la ciudad la FAI, Centro de Enseñanza Superior en Gestión, Tecnología y Educación.“Somos el mayor polo tecnológico de electroelectrónica de Brasil y único cluster maduro del área en el país", afirmó el presidente del Sindicato de las Industrias de Aparatos Eléctricos, Electrónicos y Similares del Valle de la Electrónica (Sindvel), Roberto de Souza Pinto al diario Estado de Minas, de Brasil.El presidente del Sindvel atribuye el éxito de la región a una “triple hélice”, formada por academia, industria y gobierno. "Estos grandes diferenciales del valle sólo son posibles y viables a través de los beneficios ofrecidos por el gobierno y, en caso de que se extirpan, la generación de renta, de empleo y las ganancias se irán para otros países que tiene una tecnología parecida y más competitividad. Si no hay incentivo fiscal, no hay competitividad ", afirmó al diario brasileño.México: Con las restricciones que el presidente Donald Trump ha puesto en los visados de los migrantes que trabajan en Silicon Valley, México ha empezado a recibir al talento que no puede aplicar sus conocimientos en Estados Unidos por cuestiones migratorias.Jóvenes ingenieros, informáticos y matemáticos de México ahora trabajan desde Jalisco para empresas como AT&T y Facebook, además, muchas compañías han pasado de tener sus oficinas en San Francisco a residir en Guadalajara, como Campus Party México, organización dedicada a encontrar profesionales de la tecnología.Lea: “México tiene una necesidad inmediata de reinventarse debido a Trump”Actualmente, según el diario El País, el Silicon Valley mexicano tiene 15 grandes corporativos, principalmente de origen estadounidense, trabajando desde hace más de 10 años allí. Además, “hay 600 pequeñas y medianas empresas, muchas de ellas startups, que exportan el 70% de los materiales y contenidos que producen. Firmas como Oracle, HP, Motorola e IBM han hecho de Jalisco su segunda casa”. aseguró el diario español.Pero no solo es Jalisco el centro de atención, en Guadalajara sus habitantes han visto en la última década el crecimiento de la infraestructura para dar la bienvenida a estas compañías, así como la instalación de la fibra óptica para mejorar el acceso a Internet.El aumento de graduados en ciencias e ingeniería, según la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) México se ubica entre los 10 países con más graduados de posgrados en el ámbito de ciencias en ingeniería y la buena remuneración salarial, un ingeniero mexicano puede ganar unos 6.000 dólares al mes, han posicionado a este país como la nueva alternativa para los jóvenes que quieren ser los nuevos genios de la tecnología.Estonia: Con solo 1.315.635 habitantes (2016), Estonia es el único país en donde el acceso a internet es un derecho constitucional, una de las claves para que empresas como Skype surgieran en este país.Quizá le interese: ¿Qué tiene que aprender Colombia de Estonia?Pero tener acceso a internet no es suficiente, la administración digital también fue una de las razones para considerar este país como un Silicon Valley, pues crearon el dni electrónico con el que sus habitantes pueden votar desde cualquier parte del mundo desde sus computadores, que también les permite pedir una cita con el médico y pagar impuestos.Además, mientras los estudiantes asisten a clases, ya están participando en proyectos reales encargados por grandes empresas como Mitsubish, quienes “encargaron un trabajo de recopilación de datos sobre el comportamiento del coche eléctrico en las cuatro estaciones del año, ya que en este país aún son períodos bien definidos”, explica Heidi Pihlak, subdirectora del centro de innovación dependiente de la Universidad Tecnológica de Tallin (capital de Estonia) que facilita a los estudiantes y graduados un espacio que funciona como laboratorio y oficina de las empresas emergentes.Pero sin el apoyo del gobierno, las empresas que se establecen en este país, quizá no habrían seleccionado este “parque tecnológico”. Por un lado, Estonia reduce los costos que se derivan de crear una empresa, por ejemplo están exentas de pagar impuesto de sociedades si reinvierten sus ganancias en el desarrollo de la compañía. El gobierno tiene fondos especiales como “Start-up Estonia” y “Baltic Investment Fund” para financiar las nuevas empresas tecnológicas. Y otorgan una residencia virtual para captar inversores extranjeros, aunque no proporciona la ciudadanía ni la residencia en el país, si da una identidad certificada para mover dinero en bancos estonios, hacer trámites en las administraciones o realizar comprar por internet.China: Según Kai-Fu Lee, inversor de capital riesgo y veterano de Apple, Microsoft y Google, antes China se limitaba a imitar a Silicon Valley estadounidense. Por ejemplo, el buscador Baidu era una réplica de Google; Tencent, una copia de Yahoo y la tienda online JD, una versión de Amazon.Sin embargo, Kai-Fu Lee asegura que ahora eso ha cambiado. Las grandes ciudades están llenas de inventores y emprendedores ambiciosos que ya no quieren trabajar en Google o Apple, quieren construir el próximo Google o Apple.Le puede interesar: Muere el nobel de la Paz chino, Liu XiaoboSegún El País, en 2014, los inversores de capital riesgo inyectaron en torno a 14.000 millones de euros en start-ups chinas: “a los emprendedores les llueven la financiación y el asesoramiento de business angels millonarios. Incluso el Gobierno chino, que desconfía de la libertad de expresión en la Red y dispone de un inmenso aparato de censura digital, ha creado un fondo de 6.000 millones de euros para start-ups”, asegura el diario.Por eso, pequeños talleres construidos por tres personas pueden llegar a ser grandes compañías tecnológicas como Xiaomi, la empresa que se ha hecho famosa por fabricar teléfonos móviles comparables al iPhone, pero a mitad de precio. Esto se debe a que los chinos saben cómo funciona el mercado de productos electrónicos, son ellos los primeros en advertir la aparición de nuevas tendencias en equipos y aparatos.India: En Bangalore, la gente quiere transformar la imagen internacional que tiene su país de “la tierra de los encantadores de serpientes al liderazgo en tecnología de la información”, así lo asegura el Bill Gates de India, Azim Hasham Premji, fundador de la corporación Wipro quien obtuvo un título de Licenciado en Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Stanford y pasó de tener una fábrica familiar de aceite vegetal a una compañía que fabrica y comercializa electrónicos.Proyectos como estos, se han gestado Bangalore, una metrópolis con nueve millones de habitantes, conocida por haberse convertido en el Silicon Valley asiático.“Bangalore no tenía ninguna industria, y lo que se hizo para generar empleo y hacer crecer la economía fue dar muchos incentivos a las empresas para que se instalaran aquí con industrias orientadas a las tecnologías de la información ”, explica Ramesh Krishna Iyer, senior de Wipro.Entre algunas de estas empresas tecnológicas están Microsoft, IBM y Dell, así como las compañías indias Wipro, Infosys y Satyam.Chile: Como muchos otros países, entre ellos Brasil y México, Chile quiere establecerse como el centro empresarial de América Latina. Ha puesto en marcha programas de capital de arranque financiados por el gobierno para respaldar las empresas locales y ha facilitado la creación de una nueva empresa con rapidez. Start-Up Chile, el programa público creado por Nicolás Shea, desde 2010, ha buscado generar ese ecosistema tecnológico con la acogida de diversas compañías extranjeras con la esperanza de que inspiren a los propios.También puede leer: Qué países tienen los mejores y los peores pasaportes del mundoNicolás Shea dice que se inspiró en su experiencia en América, donde estudió en la Universidad de Stanford, una fuente de empresas de alta tecnología. “Vi personas inteligentes expulsadas de Estados Unidos porque no podían obtener visas para quedarse. Y pensé: ¿por qué no traer algunos de ellos a Chile?".Para estar enterado sobre las noticias de educación en Colombia y el mundo, síganos en Facebook y en Twitter.