Pakistán abrió su primera escuela financiada con fondos públicos para mujeres transgénero, que suelen ser condenadas al ostracismo en los centros educativos convencionales de este país conservador.

Las mujeres transgénero son consideradas un tercer género en el sudeste de Asia y su comunidad existe desde hace cientos de años en Pakistán, donde se las conoce como “Khawaja Sira”.

Muchas son rechazadas por sus familias o la sociedad y deben ganarse la vida bailando, mendigando o como trabajadoras sexuales.

Murad Raas, ministro de Educación de la provincia de Punyab, donde se encuentra la escuela, se comprometió a proporcionar “educación para todos” cuando anunció la apertura de la escuela esta semana en la ciudad de Multán.

El centro, cuyos profesores serán también trans, ofrece clases por la tarde y formación profesional.

Según una de las alumnas, una veinteañera llamada Baby Doll, la actitud de los profesores y del personal en los centros educativos a los que asistía antes era preocupante. “Los chicos se burlaban y se portaban mal con nosotros”, contó.

“Estamos tratando de solventar el fracaso escolar” entre los transgénero, afirmó Hina Chaudhary, funcionaria del Ministerio de Educación en Punyab, que planea abrir más escuelas similares.

In this picture taken on July 8, 2021, transgender students arrive at the first government-funded school for transgender women, in Multan. (Photo by Shahid Saeed MIRZA / AFP) | Foto: AFP or licensors

La comunidad trans es muy activa en Pakistán, donde a inicios de este año se abrió una escuela religiosa islámica solo para personas transgénero en Islamabad. No obstante, esta población sigue siendo una de las más estigmatizadas y agredidas.

Tradicionalmente, a las personas transgénero se les encargan rituales como la bendición de recién nacidos o que animen bodas y veladas.

“La gente nos ve como una forma de entretenimiento cuando salimos. Pero en esta escuela, el personal es extremadamente educado. La diferencia entre la vida en la escuela y la del exterior es que aquí nos sentimos relajados”, aseguró Hania Henny, otra estudiante.

Acoso a población LGBTQ en las escuelas

Aunque las escuelas pueden ser ambientes difíciles para cualquier estudiante, independientemente de su orientación sexual o de su identidad de género, estos espacios suelen ser especialmente hostiles para los jóvenes que se identifican como lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, queer o intersexuales (LGBTQI).

Así lo evidenció la Unesco en un informe publicado esta semana, en el cual revela que más de la mitad de los jóvenes que se identifican como LGBTQI sufrió algún tipo de acoso escolar debido a su orientación sexual.

“El 54 % de las personas LGBTQI ha sido intimidado en la escuela al menos una vez debido a su orientación sexual, identidad de género, expresión de género o variaciones en sus características sexuales”, según la encuesta en línea realizada en 2019 entre más de 17.000 jóvenes de 13 a 24 años por Iglyo, una organización de jóvenes y estudiantes LGBTQI.

“La violencia basada en la orientación sexual, la identidad de género, la expresión de género y las variaciones en las características sexuales es un problema generalizado en todas las escuelas europeas”, según el informe GEM (Global Education Monitoring, Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo) de la Unesco difundido esta semana con motivo del Día Mundial contra la Homofobia, Bifobia y Transfobia.

Más de ocho de cada diez encuestados (83 %) afirman haber sido testigos de comentarios negativos hacia los estudiantes LGBTQI y más de dos tercios (67 %) han sido objeto de dichos comentarios, al menos una vez.

Estos incidentes rara vez se informan al personal educativo debido a que este carece de reactividad. Se estima que solo el 3 % de los maestros intervienen sistemáticamente cuando son testigos de este tipo de incidentes, mientras que el 80 % no interviene nunca o casi nunca, según la encuesta.