La Policía de la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos, recibió una llamada el sábado pasado en la noche en donde alertaban de la presencia de unos “misteriosos” ciclistas que no paraban de ver sus teléfonos en la oscuridad mientras se movían por el tráfico. La persona que llamó ofreció una teoría al agente que le respondió: “estaban jugando PokemonGo”.La teoría no suena del todo descabellada, pues desde finales de la semana pasada los funcionarios de colegios y universidades de diferentes partes en el mundo han notado que sus alumnos han descargado en sus teléfonos móviles el juego que ha resultado adictivo para muchos.Los estudiantes que parecen vagando sin rumbo en realidad han estado explorando los campus de distintas instituciones en busca de Pokemons y elementos útiles para el desarrollo de esta nueva empresa.PokemonGo, un spin-off del fenómeno de la serie televisiva de la década de los 90, es un juego de realidad aumentada que utiliza el dispositivo GPS de los teléfonos y los mapas de las ciudades en Google para crear un mundo virtual visto a través del lente de la cámara del teléfono. A medida que los jugadores exploran su entorno físico, diferentes bestias Pokemon aparecen. El objetivo es capturar a todas.En Estados Unidos varios colegios y universidades han abrazado la tendencia, tomando medidas para asegurar que sus comunidades se relacionen con su entorno de una manera segura y consciente. Por ejemplo, el departamento de Policía de la Universidad de Florida Central publicó en su cuenta de Twitter que los servicios de transporte estaban disponibles por la noche para que los estudiantes pudieran jugar PokemonGo en el campus en horas de la noche.Con PokemonGo las personas que tienden a permanecer en el interior de sus casas ahora salen más a menudo y exploran sus campus. Según CourtneyGilmartin, ayudante de la dirección y oficial de información de la Policía del campus, los estudiantes han continuado jugando después de oscurecer. “Una vez hablé con un estudiante que dijo que se quedó caminando por el campus hasta las 3 de la mañana”, aseguró.Por su parte, Derek Hennen, un estudiante de doctorado en entomología de la Universidad Virginia Tech y que jugó Pokemon de niño cuando era solo un juego de cartas, asegura que él nunca se había sentido interesado por los animales y la biología hasta que aprendió acerca de Pokemon, cuyos personajes de ficción tienen un parecido sorprendente con las criaturas reales. "La serie sembró la semilla en mí hacia la entomología”, dice.Y es que los campus universitarios son sitios propicios para jugar PokemonGo por su abundancia de puntos de referencia. Por ejemplo, en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, la estatua confederada del controvertido "Silent Sam" sirve como uno de esos puntos de parada, informó el diario local TheDailyTarHeel.Ya sea en bicicleta o caminando, los jugadores de PokemonGo tienen que mirar más allá de las pantallas de sus teléfonos y prestar más atención al mundo real. No hace falta enumerar los múltiples incidentes, como el de la joven que encontró un cadáver en el río cerca a su casa o el de los ladrones que atacaron a un grupo de jugadores en las calles de O’Fallon, Missouri, entre otros. Es por eso que Marc A. Lovicott, director de comunicación para el departamento de Policía de Wisconsin, debido a la creciente popularidad del juego en las próximas semanas, trinó  desde la cuenta del Departamento de la entidad la siguiente advertencia: “Miren por donde caminan. Los Pokemon no valen tanto la pena. Abrazos UWPD”.

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