Hace un par de semanas, el presidente Iván Duque confirmó que desde agosto, por primera vez, los residentes médicos en el país recibirían una compensación por sus servicios gracias a la Ley de Residentes, que fue aprobada hace poco más de un año. Esta ley busca beneficiar con una compensación económica de $2.650.000 a unos 5 mil residentes del país que cursan sus primeras especialidades, como pediatría, ginecología, dermatología, ortopedia, entre otras.
El gremio médico y diversas asociaciones celebraron esta decisión. Sin embargo, a un par de días de que los residentes médicos reciban por primera vez este pago, 134 profesionales de la Universidad Nacional alertaron que ellos aún no recibirán esa compensación. "No pasaron de la universidad los papeles al Ministerio de Educación para que nos paguen. Uno no entiende", dice uno de los residentes afectados, que explica que la noticia los tomó por sorpresa dado que muchos contaban con esos recursos, más en una coyuntura como esta. El director de posgrados de la Universidad, Mario Parra, explicó que no se ha podido elaborar la suscripción de 134 residentes médicos por la falta de una firma en un documento. "Tenemos 390 residentes médicos; de ellos, 256 recibirán su primer pago correspondiente a lo que trabajaron en julio".
La situación con los otros residentes es que falta la firma de los gerentes de los hospitales donde adelantan sus residencias para poder realizar el trámite correspondiente ante el Ministerio de Educación. "Entendemos los inconvenientes que se pueden generan y estamos haciendo todos los trámites ante el Ministerio para normalizar la situación de este grupo". Parra explicó que este es un trámite que se hace una sola vez y tan pronto completen las firmas que faltan, todos los residentes continuarán recibiendo su remuneración normalmente. Durante décadas este ha sido un gran anhelo de los profesionales de la salud en Colombia. Para nadie es un secreto que ser médico en el país es difícil y en parte esto se debe a los altos costos que deben sufragar estas personas para su preparación académica. Según un estudio de la Universidad Nacional, la tasa de retorno en una entidad pública es de 17 años, y en una privada, de 34 años.
“Si lo miro desde lo económico, es cero rentable ser médico”, dice Rafael Baquero, presidente del Colegio Médico. Si se añadía una residencia, recuperar la inversión era aún más difícil. La especialización de un profesional de la medicina era especialmente dura, pues debían trabajar para aprender. Y no solo eso. Asumían matrículas muy altas para lograrlo. Para algunos esta situación era un ejemplo de dominación, esclavitud y explotación en donde varios actores se lucraban por la falta de regulación.