En medio de las masivas protestas de los últimos meses del año pasado, volvió a salir a flote la inconformidad de los estudiantes universitarios con el Icetex, una entidad de crédito estatal que se ha vuelto un verdadero dolor de cabeza para ellos. Por distintas circunstancias, miles de jóvenes han pasado a engrosar la lista de deudores morosos o, simplemente, no cumplen los requisitos necesarios para obtener un crédito educativo. Para atender ese reclamo de los estudiantes, el 23 de diciembre el presidente Iván Duque hizo los primeros anuncios de lo que él denominó un revolcón al Icetex. El plan propuesto por el Gobierno no ha estado exento de polémica. Algunos dicen que los avisos del presidente hicieron parte de una estrategia para desactivar a uno de los sectores más importantes del paro nacional. Sin embargo, el presidente del Icetex, Manuel Acevedo, sostiene que esta transformación comenzó hace 18 meses.
Varios sectores de la sociedad colombiana celebraron las ocho medidas propuestas por Duque, que buscan dar mayores incentivos a los estudiantes que piden un crédito, y condonaciones a cerca de 120.000 beneficiarios de préstamos. Pero aún persiste la preocupación de que estos cambios se queden en palabras o se demoren en favorecer a los 603.989 usuarios activos del Icetex. Sobre estas dudas, Acevedo aseguró que en la última semana de enero se reunirá la junta directiva de la entidad para aprobar las cuatro primeras medidas que dependen exclusivamente de ella. Y que espera ponerlas en marcha antes de finalizar el primer semestre. Esos alivios incluyen la posibilidad de cambiar por una vez el tipo de crédito, aumentar dos giros adicionales para los estudiantes que se atrasen en los semestres o plan de estudios, condonar intereses corrientes vencidos y de mora entre 31 y 90 días, y ampliar los plazos. En cuanto a las otras cuatro medidas, relacionadas con las condonaciones de capital y deuda así como las formas de pago, el panorama no es tan claro, dado que para hacerlas realidad es necesario presentar un proyecto de ley. “Estos casos son nuestra mayor preocupación, pues lo raro en el Congreso es que un proyecto de ley pase”, dice Daniel Torres, representante de los usuarios del Icetex. Por su parte, Acevedo señaló que en marzo lo radicarán. “Somos optimistas de este proceso, hemos encontrado disponibilidad en las diferentes bancadas para sacarlo adelante”. Estas ocho medidas son solo el comienzo de esa transformación. En efecto, el plan de alivios es el primero de los cinco ejes temáticos contemplados en la comisión de reforma al Icetex, conformada por los actores del sector. Aún faltan los anuncios relacionados con la transformación tecnológica, los cambios en la gobernanza y estructura de la entidad, las mejoras en el acompañamiento al estudiante, y el tema que causará mayor polémica y en el que será más difícil llegar a un consenso: el portafolio de servicios y las características de la financiación.
Al respecto hay posiciones encontradas. Los estudiantes dicen que los intereses son exagerados y cubren a la mayoría de los deudores; Acevedo sostiene que el 67 por ciento de los beneficiarios tienen cero tasa de interés. En el caso del 33 por ciento restante, el funcionario precisó que la mayor tasa equivale a un 14 por ciento efectivo anual, la mitad de cualquier crédito educativo de un banco. Sin embargo, aseguró que en las negociaciones buscarán reducir esta tasa. Sin duda, el revolcón del Icetex planteará un duro pulso entre el Gobierno y los estudiantes. Y será una de las cartas que jugará el presidente en 2020 para reducir el creciente inconformismo de la comunidad universitaria.