Cerca de cuatrocientos mil libros dispersos en un espacio de más de treinta y cinco mil metros cuadrados. Seiscientos cincuenta escritores caminan por los pabellones, dedican libros y conceden entrevistas. Mientras tanto, más de setecientos cincuenta mil visitantes, compran, miran y oyen las conferencias. Todo esto ocurrió en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), la más grande del mundo hispánico, celebrada en el caluroso Jalisco, México. Creada en 1987, hoy, casi veinte años después, se ha convertido en el mayor mercado de libros en español, en la que anualmente participan un promedio de doscientas mil editoriales. La Feria clausuró sus puertas la semana pasada, después de un ajetreado ir y venir de curiosos, intelectuales y novelistas. Nueve días que dieron mucho de sí. Entre lo más destacado la obra del español, Enrique Vila-Matas, el ganador del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances. También, mucha participación británica. Algo lógico, por otra parte: Reino Unido fue el país invitado en esta edición. Sin embargo, fue una obra en particular la que consiguió cautivar por encima de las demás la atención de los asistentes a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Entre todos los libros que se presentaron, no fue ni el más premiado, ni el más reconocido, pero si uno de los que más controversia y expectación generó, quizá por una cuestión de identificación y coyuntura. Bajo el nombre de ‘La Travesía de las tortugas’, el trabajo colectivo de cuarenta y tres periodistas que relatan la vida de cada uno de los normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero, a finales de septiembre de 2014. “43 historias que traen consigo la vida de familias enteras; sus aspiraciones, sus amistades, sus sueños, su pobreza, su infinita espera ante un Estado cruel e insensible incapaz de reaccionar ante la tragedia de los habitantes de estados que han sido totalmente marginados y maltratados en nuestro país”. Así describió la obra durante su presentación en la Feria la ganadora del Premio Cervantes en 2013, Elena Poniatowska. Sentirse identificado con las 43 historias que narra “La Travesía de las tortugas” es casi un imperativo. Y es que México y Colombia se parecen. El narcotráfico, la trata de personas, la creación de autodefensas, las extorsiones y el crimen organizado han menoscabado por décadas ambos países. Familias enteras rotas por el fanatismo y el terror infundido y ejercido por unos pocos. En México, la Feria del libro de Guadalajara, la más importante entre los hispanohablantes, recordó cómo la injusticia y la corrupción pueden marcar, con un sello fatal, el devenir de todo un pueblo. La cultura, una vez más, fue el vehículo para dar voz a aquellos que ya no pueden ser escuchados.