Tras una investigación de varios meses, este viernes la Universidad de Tilburg, en Países Bajos, descartó la acusación de plagio contra el ministro de Vivienda, Jonathan Malagón, quien supuestamente habría usado textos y gráficos de sus estudiantes en su tesis doctoral. Todo inició el 1 de septiembre de 2019 cuando Noticias Uno publicó supuestas pruebas de una “copia sistemática sin cita de párrafos y tablas” en la tesis de posgrado con la que Malagón obtuvo el título de doctor en Economía de esa universidad.
En dicha acusación se cuestionaba el documento titulado ‘Four essays on central banking in Latin America under balance of payments dominance’, en específico la autoría de cerca de 200 renglones y 30 gráficos que, decía el reportaje, eran “idénticos a otras tesis de maestría publicadas por otros autores y antes de su tesis”. Sin embargo, tras un estudio exhaustivo, la Universidad de Tilburg descartó la acusación de plagio contra Malagón y mantiene su título de doctorado, según comunicó el propio funcionario a través de un texto que detalla el caso. El ministro cuenta que, ante las acusaciones de las que fue objeto en medios de comunicación, la universidad optó por la apertura de una detallada investigación sobre su proceso doctoral y la originalidad de la tesis. “Para ello, su Junta Directiva delegó a un Comité de Integridad Científica, conformado por académicos del más alto nivel, independencia y con una amplia experiencia en este tipo de procesos. Después de varios meses de estudio (…), la Junta Directiva decidió suscribir la opinión del Comité, cuya principal conclusión fue que ‘no hubo ninguna violación de la integridad científica’. Adicionalmente, se establece, con claridad, que ‘el plagio no puede ser demostrado’”, compartió Malagón.
En su momento, el portal Plagios.org publicó que los contenidos cuestionados “provienen, sin cita”, de las tesis de maestría en Ciencias Económicas de María Camila Orbegozo Daza, Daniel Felipe Lacouture Daza y Marcela Rey Hernández, añadiendo que “Jonathan Malagón González es director de estas tesis de maestría y, además, los tres autores son o han sido sus subordinados laborales”. Al respecto, el ministro aclaró que el comité que evaluó el caso consideró que “existió una conducta negligente” de su parte al no haber incluido una mención más explícita en la tesis doctoral respecto al apoyo investigativo recibido por sus estudiantes El no poner referencias a esas “publicaciones conjuntas o al hecho de haber dirigido sus trabajos de grado, constituyó una violación a la confianza de mis directores. No obstante, a pesar de dicho descuido (que es calificado como culposo y no doloso), el Comité no expresó que se necesitara otra evaluación de este tipo dado que no hay o son insuficientes los indicios de que la investigación (doctoral) se haya basado de manera no permisible en el trabajo de otros", explicó. El jefe de la cartera de vivienda expresó también que, tras esa aclaración, la universidad rechazó la acusación de plagio y le mantiene el título de doctorado para todos los efectos académicos y legales, eso sí, pidiéndole que incluya un anexo en su tesis donde mencione a los estudiantes que colaboraron en la investigación.
En cuanto a los tres estudiantes que fueron asesorados por Malagón, poco después de conocerse la noticia el año pasado se manifestaron en un comunicado rechazando la denuncia. "Con profunda indignación y sorpresa recibimos las acusaciones que se están haciendo en contra del ministro de Vivienda, Jonathan Malagón, señalamientos que lo único que pretenden es enlodar el buen nombre de un excelente profesional, funcionario público y ser humano, aprovechando la buena fe de Noticias Uno", escribieron en un documento Camila Orbegozo, Daniel Lacouture y Marcela Rey. Por su parte, el ministro Malagón señala en su escrito que quiere pensar que quienes lo juzgaron, “tanto en redes sociales como en algunos medios de comunicación, lo hicieron por una duda legitima sobre mi proceder y no por una persecución personal”. “Como cualquier otro ser humano, cometo errores e imprecisiones. La falta de claridad sobre los trabajos previos con mis estudiantes y la insuficiente citación de los mismos, pudo conducir a un cuestionamiento genuino de quienes pusieron en duda la originalidad de mi tesis”, agrega el funcionario en un mea culpa por lo que, dice, fue negligencia “culposa, no dolosa”. “Tal como lo establece el Comité de Integridad Científica, si hubo una negligencia de mi parte fue culposa, no dolosa, no hubo un plagio en mi tesis doctoral y mis actitudes no representaron violación alguna a la integridad científica”, finalizó.