El rifirrafe que han protagonizado Fecode y la ministra Gina Parody por cuenta del paro indefinido de maestros está lejos de culminar. En el comunicado que el sindicato difundió este domingo fue enfático: “Le preguntamos al gobierno nacional que si de verdad está convencido del proceso de negociación con las Farc, ¿por qué se niega a la negociación con el magisterio? Nos negamos a aceptar que se requiera estar alzados en armas para poder lograr un diálogo y una negociación civilizada, como le compete en derecho al movimiento sindical”. Los matices que ha alcanzado el enfrentamiento son radicales: el gobierno se retiró de las negociaciones y los docentes no levantarán las protestas hasta garantizar el cumplimiento de sus exigencias. En medio del forcejeo están tres millones de padres y nueve millones de niños sin clases. De ahí que muchas explicaciones se hayan transmitido en los medios de comunicación y los límites sobre quién tiene la razón parezcan difusos. Por eso, Semana Educación analizó los argumentos esgrimidos por el ministerio y Fecode para encontrar las mentiras y verdades sobre el paro de maestros. 1. Los maestros trabajan menos que el resto de empleados: Mentira Frente al tema del bienestar docente, el Ministerio de Educación aseguró que los maestros “deben trabajar un promedio de seis horas diarias presenciales y los demás empleados públicos trabajan 8 horas”. Sin embargo, en esta jornada los maestros deben dictar clases, prepararlas, corregir trabajos y evaluaciones, asistir a reuniones, responder inquietudes de padres y atenderlos, apoyar a los estudiantes que necesiten tutorías, sacar notas, entregar los boletines de calificaciones y realizar las recuperaciones. ¿Será que el tiempo sí alcanza? Eso sin mencionar que prácticamente todos los maestros tienen más de un grupo a cargo, cuya intensidad horaria puede ser de cuatro a cinco sesiones a la semana, como es el caso de español y matemáticas. Las materias con menos horas de clase reciben más cantidad de cursos para sus profesores. Fácilmente un docente puede tener a su cargo 150 estudiantes si no son más. Ahora, la investigación como práctica necesaria e indispensable en la labor docente tampoco está contemplada en estas horas. El estudio de la Fundación Compartir reveló que esta actividad, y contar con tiempo y espacios para realizarla, es una variable que motiva a los docentes. 2. Los principales dolientes del paro son los niños: Verdad Son nueve millones de estudiantes los que no están recibiendo clases. La Secretaría de Educación de Bogotá confirmó que el 95 por ciento de los colegios públicos en el Distrito suspendieron sus actividades. El presidente Juan Manuel Santos pidió “encarecidamente” que no se afecte a los niños, “ellos no tienen por qué estar pagando los platos rotos de estas protestas”. Además, el Ministerio de Educación colgó en su fachada un cartel que rezaba “¡Que (sic) vuelvan los niños a clase!”, para recibir la marcha de maestros que culminó ahí. El derecho de los estudiantes a sus clases es la bandera con la que el gobierno ha enfrentado el paro de Fecode. En las redes sociales el mensaje se leyó como una instrumentalización de los niños para quitarle validez a la protesta. “No estoy dejando de enseñar, te estoy enseñando a luchar y defender tus derechos”, se leía en algunas pancartas de la marcha de maestros en Bogotá. 3. Los salarios de los maestros son justos: Mentira Este es el tema más espinoso del paro, pues allí se ha centrado la polémica. La investigación de la Fundación Compartir reveló que la remuneración de un profesor público es del 18 por ciento menos que la de otros profesionales. De hecho, en el programa Semana en Vivo, la senadora Claudia López catalogó como arrogante la actitud de la ministra de no atender la nivelación salarial exigida por el magisterio y solamente proponer un aumento del 10 por ciento de los salarios. Mientras Fecode exige la nivelación salarial acordada en mayo con el gobierno, la ministra adujo que el año pasado se aumentó el salario de los docentes en un punto adicional frente al resto de los funcionarios públicos. Para incrementarlo en un diez por ciento, el sindicato aseguró, se necesita “una reforma constitucional que modifique el Sistema General de Participación”. Lo que en términos estrictos significa que la aprobación tiene que pasar por el Congreso y no depende únicamente del gobierno. Por otro lado, la cartera en cabeza de Parody afirmó que se implementó una prima para los maestros “equivalente a dos semanas adicionales de salario”, lo que implica un gasto de 355 mil millones de pesos. Una medida sobre la cual también se manifestó el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, recordando que la educación es el sector que más presupuesto recibe por encima de defensa y seguridad. Aun así, en Colombia un profesor del sector privado gana en promedio 2.744.500 pesos, mientras que en el público puede devengar alrededor de 2.120.750 pesos. Eso sí, el rango de salarios va desde 1.200.000 hasta 4.000.0000 pesos para los docentes con doctorado, que en el 2013 eran apenas 6.398 de los 108.093 maestros en el país. En las instituciones privadas las diferencias salariales varían en cada contrato. 4. La evaluación docente es necesaria: Verdad. La meta de mejorar la calidad educativa en Colombia no puede alcanzarse sin la evaluación docente. Sin embargo, el modelo implementado en el país necesita una profunda reforma porque, entre sus debilidades, no les proporciona retroalimentación a los maestros para mejorar sus prácticas. “No es una opción para Colombia eliminar la evaluación docente. Los profesores nos han dicho que el mecanismo del examen es engorroso y complicado y que no tiene relación con la práctica en el aula, por eso propusimos erradicar la evaluación escrita. La propuesta también fue rechazada”, aseguró la ministra Parody. Lo cierto es que se necesita mejorar en tres aspectos como lo documentó la investigación de la Fundación Compartir. La evaluación de desempeño también “puede verse afectada —en ocasiones— por la subjetividad de un solo evaluador (el rector) y la prueba para el ascenso no mide de manera directa las prácticas del docente en el aula”, concluye el estudio. En la misma línea, Julián De Zubiría, fundador del Instituto Alberto Merani, explicó en una de sus columnas que “un país que está intentando mejorar la calidad de su educación necesita evaluar a todos sus docentes, y debería hacerlo de manera más integral teniendo en cuenta más criterios y en lo posible articulando estas pruebas con las que se les aplican a los estudiantes al culminar la educación media”. 5. Los maestros necesitan más garantías en el servicio de salud: Verdad Un servicio de salud digno. Así define Fecode su exigencia por el mejoramiento inmediato en la atención que reciben. “Es muy triste que nosotros como docentes cuando necesitamos del servicio de salud no contemos con especialistas, rapidez en la asignación de citas o sitios de atención adecuados, entre otros; más aún cuando los descuentos que se nos hacen son muy altos”, manifestó la Fecode a través de un comunicado. En un primer momento, la respuesta del Ministerio de Educación reconoció la necesidad de mejorar el acceso a los beneficios adquiridos de los profesores. Sin embargo, cinco días después el gabinete de Parody definió el régimen de los maestros como “excepcional, muy por encima al régimen de la Ley 100, que beneficia a aproximadamente a 850 mil personas y que cuesta más de $1,38 billones al año”. Luego aclaró que “este es un servicio que no presta el Gobierno Nacional, sin embargo el Ministerio de educación ha contratado auditorías médicas y ha solicitado a la Fiduprevisora y a la Superintendencia de Salud que tomen las medidas necesarias”. 6. La educación preescolar no está incluida en el Plan Nacional de Desarrollo: Verdad “El gobierno nacional en su proyecto de Plan Nacional de Desarrollo marchita la educación pública cuando desconoce y niega el preescolar de tres grados”, argumentó Fecode. Como le explicó el representante Alirio Uribe a Semana Educación en su momento, “cuando se habla de cobertura, el gobierno quiere asumir la formación desde transición y el resto se lo deja al ICBF a través de las madres comunitarias. Esos dos niveles los debería asumir el Ministerio de Educación”. De ahí que la senadora Claudia López si bien aplaude la reglamentación de la educación inicial, resalta que solo se habla de transición cuando en la Ley General de Educación se establecen también prejardín y jardín. La respuesta del Ministerio es que “la política De Cero a Siempre busca la atención integral de los niños de 0 a 5 años. Con esto el país le ha apostado a una atención que vaya mucho más allá del preescolar de tres grados al empezar desde el grado cero e incluir factores adicionales al educativo como la salud, la nutrición y el apoyo psicológico”. Bonus track Los maestros son claves para mejorar la educación: Verdad Múltiples investigaciones han demostrado que uno de los factores que más incide en la calidad de la educación son los maestros. La excelencia docente necesariamente implica un mejor desempeño de sus estudiantes. En otras palabras: mejores profesores es igual a mejores alumnos. “Focalizar recursos para seleccionar y retener los maestros más educados y con mayor experiencia es más costo-efectivo para mejorar el aprendizaje que invertir, por ejemplo, esos mismos recursos en reducir el tamaño de las clase”, concluyó el de la Fundación Compartir.