“La educación se defiende con educación, no con explosivos”, expresó Alejandro Palacio, representante de Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles de la Educación Superior (Acrees) sobre los actos de violencia y de vandalismo ocurridos en la Plaza de Bolívar, el pasado 25 de abril durante el paro nacional. La escena de algunos jóvenes lanzando piedras contra los uniformados, mientras otros quemaban las lonas que protegían la catedral primada, para luego grafitearla, también provocó indignación entre los estudiantes que no se sienten representados por los encapuchados. Y es que varios líderes del movimiento estudiantil le afirmaron a SEMANA Educación que los actos de violencia perpetrados por un pequeño grupo de encapuchados no provienen del movimiento estudiantil que está negociando con el Gobierno un pliego de 14 puntos acordados el año pasado. Le puede interesar: Los desmanes de algunos jóvenes desdibujaron el Paro Nacional “Queremos ser muy claros, tenemos que descartar todo tipo de manifestación violenta de nuestras movilizaciones, porque solo así vamos a permitir que toda colombia rodee nuestras reivindicaciones y exigencias”, dijo Jennifer Pedraza, representante estudiantil al Consejo Superior de la Universidad Nacional.
Los capuchos, como se les conoce a quienes cubren sus rostros para no ser identificados por la policía, generalmente son quienes lanzan las temidas papas bombas y ocasionan daños al espacio público con piedras y pintura. Como lo hicieron en diciembre del año pasado durante el paro estudiantil. En varias marchas, los encapuchados dejaron edificios manchados por globos de pintura y arremetieron contra el transporte público. También ocurrió recientemente en la Universidad del Valle, en donde usaron explosivos para generar caoes en la ciudad. De esos desmanes, resultáron varios jóvenes heridos y una persona muerta. Hechos que aún son investigados por las autoridades departamentales. Para Julián De Zuburía, director del Instituto Alberto Merani y experto en educación, los encapuchados tienen una agenda propia y defienden intereses anarquistas. "Lo que hay que entender es que la consecuencia de su vandalismo es contraria a la causa que dicen proteger, ya que, con sus actos deslegitiman la protesta social y hacen que la población termine rechazando las marchas y las protestas". Aunque es usual verlos en las protestas estudiantiles, no es preciso saber si pertenecen a una universidad. John Deibi De la Cruz, representante estudiantil de la Universidad del Cauca, y quien ha estado presente en diferentes manifestaciones en Popayán, asegura que es muy difícil señalar si son o no estudiantes. Sin embargo, “no podemos descartar que al interior de las universidades hay estudiantes que comparten la protesta con violencia. Pero, de lo que sí estamos seguros es que no representan el grueso del estudiantado”. Sin embargo, para algunos, no son los encapuchados quienes inician los desmanes. Julián Báez, vocero de la Unión Nacional de Estudiantes de la Educación Superior (Unees), cree que los encapuchados solo respondieron a la provocación de la fuerza pública. “Lo que pasó el 25 de abril se dio por el excesivo acompañamiento de la policía en la manifestación. Para nadie es un secreto que son ellos los que provocan a los manifestantes, se infiltran y usan la fuerza desmedida para atacar”. De acuerdo con Zubiría, también existe la posibilidad de que existan grupos de la extrema derecha que apoyan los actos vándalicos para desligitimar la protesta. "En múltiples ocasiones se han divulgado fotos y vídeos que permiten pensar que podría haber oscuros intereses de personas de extrema derecha interesadas en deslegitimar la protesta apoyando actos vandálicos. Ojalá fueran investigados por la fiscalía estas múltiples denuncias". También: Protestas en la Universidad del Valle dejan un estudiante muerto y varios heridos Ahora, aunque el movimiento estudiantil le demostró al país que con la protesta pacífica logran presionar al Gobierno, su natural cercanía con quienes aprueban la violencia como una acción inherente a la protesta social puede terminar desligitimando sus exigencias y peor aún, alejando a quienes los apoyan. Un escenario que tanto Alejandro Palacio y Jennifer Pedraza, los líderes más visibles del movimiento no descartan. Por ello, hacen un llamado a la reflexión a quienes intentan desligitizar su causa usando la violencia en las protestas estudiantiles, especialmente en sus próximas movilizaciones, con las cuales pretender asegurar, según ellos, los recursos que el Gobierno no le ha girado a la ciencia y tecnología.