“Me comprometo a inyectarle en el primer año de gobierno un punto adicional del PIB para que alcance 5,4 por ciento, y que año tras año aumente progresivamente hasta que al final del cuatrienio alcance el 7 por ciento”, aseguró Juan Manuel Santos al firmar el Gran Pacto por la Educación el 3 de junio de 2014. Sin embargo, Luis Grubert, presidente de la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode), afirmó en entrevista con Semana Educación que “hasta ahora no lo vemos reflejado, porque este año colocó el 0,2 del PIB”. Y agregó que “desde Fecode presionaremos para que este compromiso se cumpla”. Las declaraciones de Grubert se dan en un contexto en el que, por primera vez en la historia, la educación recibe mayor inversión que el sector de defensa. Según el Marco de Gastos de Mediano Plazo, aprobado en el Consejo Nacional de Política Social y Económica (Conpes), subió cuatro por ciento para este año y pasó de $27,3 billones a $28,4 billones. Un incremento que para el director de Fecode no es suficiente: “la población que se beneficia del presupuesto de educación es de 9 millones de niños y 2 millones de jóvenes a nivel técnico y universitario. O sea que en proporción tampoco es que sea tan alto el esfuerzo. Nosotros sí queremos que le metan más plata a la educación”. Sobre el compromiso de Santos de que Colombia para el 2025 sea la más educada, Grubert aseveró que, “me parece muy bueno que el Gobierno tenga este objetivo, pero no nos parece coherente con el diseño de planeación y diseño presupuestar que se está implementando”. El dirigente también expuso que “si el proceso de paz se consolida de manera exitosa, ojalá el dinero que se invierte en guerra se invierta en educación”. La búsqueda de la educación de calidad Ante la pregunta, qué es según Fecode la educación de calidad, Grubert respondió sin titubear que “no es la que pretenden los capitales trasnacionales, es la expectativa de las comunidades para que esos jóvenes cuando regresen, vayan a resolver los problemas sociales, ambientales, técnicos y científicos que el país requiere”, porque según el dirigente, “hay algunos que creen que el estudiante se debe formar para ser dócil, bueno y útil. Pero nosotros queremos que sea crítico, afectivo, pensante, creador, demócrata en la participación”. “Nuestra preocupación es que la educación de calidad no sea solamente en el discurso, sea en la realidad contextual, sufragando las necesidades del déficit cognitivo que tienen nuestros niños. Pero para ello hay que adelantar un diálogo con los maestros”, explicó Grubert. Al interrogarle sobre el compromiso de Fecode con la educación de calidad, Grubert aseguró que “nuestra pelea ha sido que no la privaticen, que sea el Estado el garante del derecho para los humildes”. Además, aprovechó para denunciar que  “existe la intención de hacer una educación pobre para los pobres y una educación de muy buena calidad para los ricos. Nosotros creemos que la única manera de romper la inequidad social es que se haga una educación de excelente calidad para todos los colombianos, sean pobres o ricos”. ¿Qué pasó después del paro? Sobre el acuerdo al que llegaron el Ministerio de Educación y Fecode tras el paro de docentes del pasado mes de abril, Grubert se mostró pragmático. “En un proceso de conciliación nunca se logra el 100 por ciento de apoyo, se pide el cielo para llegar al purgatorio”. Y reconoció, “después de las jornadas de protesta, salimos divididos en opinión del magisterio. Un sector de nuevos maestros consideró que no se lograron satisfacer las expectativas que tenían ellos en nuestras negociaciones”. Luis Grubert será uno de los invitados a la II Cumbre Líderes por la Educación 2015, que se llevará a cabo el 2 y 3 de septiembre.