La semana pasada nos ocupamos de la productividad, relacionándola con los incrementos salariales que se producen al interior de una empresa. Hoy retomaremos el tema, abordado desde el punto de vista de la efectividad y la eficiencia, sobre los cuales entraremos en mayor detalle, con ejemplos numéricos. Para iniciar, definamos efectividad. En términos muy concretos, es el porcentaje en el que se logra el objetivo establecido. Por ejemplo, si una empresa se ha propuesto vender 10.000 unidades en un periodo determinado y logra vender 8.500 en el mismo tiempo, decimos entonces que ha tenido una efectividad del 85,0%. El resultado es la división de 8.500 entre 10.000, multiplicado por 100, para convertirlo a porcentaje. Lo mismo puede hacerse en términos de ingresos, clientes, utilidad operacional, rentabilidad, recaudo de cartera, etc. Ocupémonos ahora de la eficiencia. Se llama así a la capacidad que tiene una empresa –o una persona- para lograr el objetivo con los recursos –tierra, capital, trabajo y actividad empresarial-, que se han presupuestado para ello. Ejemplo. Si para vender las 10.000 unidades del ejemplo sobre efectividad, se han presupuestado recursos por valor de $50 millones y se ejecutan realmente $60 millones, la eficiencia es del 83,3%. Este resultado se obtiene al dividir los 50 millones presupuestados, entre los 60 realmente empleados. Ahora bien. ¿Dónde entra en escena la productividad? Primero fijémonos en esto: cuando la empresa del ejemplo presupuestó vender 10.000 unidades, utilizando para ello $50 millones, sencillamente está diciendo que para cada unidad está destinando $5.000 en recursos. Sin embargo, ¿qué ha ocurrido? Sencillo: Al vender solamente $8.500 y utilizar $60 millones, la empresa terminó destinando $7.059 por cada unidad realmente vendida. Esto es, logró una productividad tan solo del 70,8%. ¿Cómo logramos este número? Hay dos maneras de hallarlo. La primera consiste en dividir los $5.000 que inicialmente se habían destinado por cada unidad a vender, entre los $7.059 realmente ejecutados. Este resultado se multiplica por 100. La segunda es simplemente multiplicando la efectividad -85,0%- por la eficiencia -83,3%- Ahora podemos concluir las siguientes cosas, muy importantes en mi concepto. 1. La Prosperidad es función de la Productividad. 2. La Productividad es función de la Efectividad y la Eficiencia. 3. La efectividad es función del logro de los objetivos. 4. La eficiencia es función de la utilización racional de los recursos. En otras palabras, si queremos ser prósperos debemos utilizar racionalmente los distintos recursos con los cuales contamos y lograr los objetivos señalados. Muy simple, pero muy práctico. A mi modo de ver, estos sencillos ejemplos muestran con toda claridad –cuando tenemos la información suficiente-, dónde puede radicar buena parte de los problemas de nuestras empresas y saber con precisión cómo pudiésemos actuar para corregirlos. * Administrador de Empresas Universidad Nacional de Colombia.