Volar ha sido el sueño de los hombres en todas las culturas. En los mitos y leyendas de griegos, romanos, chinos, polinesios, mayas y aztecas, siempre hay alusiones a los dioses que tenían el poder y lafacultad para desplazarse por los aires. En general, se dice que ese sueño inmemorial se hizo realidad el 21 de noviembre del año 1783, cuando Jean François y Laurente d’Aramdes pilotearon un globo aerostático de los hermanos Montgolfier y se convirtieron así en los primeros humanos en volar como los pájaros; en realidad, el primer vuelo con personas se realizó poco antes, cuando Pilâtre de Rozier y el Marqués de Arlandes ascendieron hasta 1.000 metros de altura y recorrieron unos 10 kilómetros en un tiempo de 25 minutos. Se señala también que del apellido Pilâtre procede la palabra piloto. Tras el éxito del vuelo aparecieron numerosos seguidores que mejoraron el invento. En 1845, el argentino José María Flórez cobró 1.000 pesos por hacer la demostración de un globo aerostático que partió desde el patio del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, en Bogotá. Se llevó el mérito de ser el primero en surcar los cielos de la altiplanicie. Una crónica de la época describió el suceso: “(los bogotanos) recorrían las calles a escape, atropellando a todo el mundo para seguir la ruta caprichosa que tomaba el globo; los de a pie corrían en distintas direcciones y hasta los balcones y tejados de las casas estaban atestados de curiosos. Si en ese momento hubiera llegado a la ciudad algún viajero científico, habría escrito en sus apuntes: Santa Fe es un manicomio de América”. El mismo interés ha suscitado en Bogotá y en el país ‘El Vuelo de la Libertad’, con el cual se inicia la conmemoración del Bicentenario de la Independencia en la ciudad. Cerca de 50 globos surcarán los cielos bogotanos este fin de semana para traer a la memoria las imágenes de hombres y mujeres hacedores de la libertad en las Américas. Desde la Secretaría General de la Alcaldía Mayor, junto con la Secretaría de Cultura, el Idrd y la Empresa de Energía Eléctrica de Bogotá, emprendimos este proyecto con la convicción de que es una oportunidad privilegiada de rescatar los principios de nuestra Nación, escrutar el presente y repensar el futuro como sociedad. En este contexto, sin duda, los globos aerostáticos en el cielo tienen un enorme valor simbólico, como una alegoría bellísima de la libertad. Una empresa de semejante alcance ha enfrentado numerosos desafíos; el primero de ellos, el hecho de que en Colombia hay sólo dos o tres globos aerostáticos. Tres meses de gestión para ubicarlos en España, Estados Unidos, Inglaterra, Argentina, Brasil y México, entre otros países.  Vendrían luego el diseño y la puesta en marcha de un proceso empresarial de logística para realizar el evento, el examen minucioso de las condiciones máximas de seguridad en coordinación con la FAC, la Federación Internacional del Globo de México y las entidades del Distrito Capital. Por último, la tarea de pregonar el sentido de la celebración como ocasión para abrir un proceso de pedagogía social en el que buscamos afirmar nuestra identidad trayendo al presente los valores que nos hacen democracia, hasta contar con el apoyo de más de 40 empresas que aportaron los recursos para concretar el propósito de hacer realidad este evento cuyo impacto no se borrará en el recuerdo ciudadano.