Los emprendedores de todo el mundo enfrentan el gran reto de buscar recursos. Para ello, muchos recurren a los grandes fondos internacionales, como SoftBank, otros a las iniciativas nacionales de entidades como Fondo Emprender del Sena, iNNpulsa o Bancoldex. Y otros más aspiran a que llegue un ángel inversionista que les dé ese empujón para llevar su idea a la realidad. Y, en medio de este universo, se está dando un fenómeno que llega caído del cielo para estos innovadores empresarios. Porque a los emprendedores los ha caracterizado su capacidad de ayudarse los unos a los otros. Comparten conocimiento, experiencias y, ahora, los que ya alcanzaron el éxito suelen invertir parte de su capital en nuevas iniciativas. De acuerdo con Camila Salamanca, directora ejecutiva de Endeavor, han identificado que los emprendedores que ya reciben jugosos ingresos por sus compañías buscan inyectar capital en otras startups, pues entienden que mejorar la situación de sus pares apoya a todo el ecosistema emprendedor. “Son jóvenes con experiencia y cuentan con la liquidez que les permite asignar parte de su patrimonio. También pasaron por ese trance y conocen las dificultades de conseguir capital”, explica Salamanca.

Aquí algunos ejemplos de esos emprendedores que ahora son ángeles inversionistas. ‘Una súper red’ Domicilios.com marcó el rumbo del emprendimiento en el país y abrió las puertas a la industria de pedidos de comida online. Dio sus primeros pasos en 2007 de la mano de José Guillermo Calderón y Miguel McAllister, sus fundadores. Cuenta McAllister que comenzaron en un momento en el que nadie veía llegar una tendencia que ahora marca el futuro de los restaurantes, supermercados, farmacias y demás sectores. Esto los llevó a crecer más rápido de lo esperado. Obtuvieron grandes inversiones y, poco a poco, se convirtieron en un gran ejemplo de que emprender en Colombia sí funciona. “Nosotros crecimos muy pronto gracias a la ayuda y al trabajo en equipo. Tiempo después tuvimos algunas diferencias frente a mercados que queríamos tocar y eso me llevó a tomar la decisión de dar un paso al costado y seguir mi camino con Merqueo”, afirmó. McAllister es el actual CEO de esta nueva plataforma que también ha sido un éxito en el país. Y gracias al crecimiento y a los conocimientos que él y su socio han adquirido, ahora apuestan por ayudar a crecer el ecosistema. En los últimos años, además de concentrarse en fortalecer su nueva compañía, McAllister ha destinado parte de sus recursos a nuevos emprendedores, con el fin de darles un impulso y prepararlos para llegar al siguiente nivel. “Hemos invertido en siete empresas, de las cuales dos han quebrado. Solemos destinar recursos entre US$10.000 y hasta US$1 millón”, afirmó. Según explica, para invertir evalúa que el emprendedor sea capaz de conseguir su siguiente ronda de capital y que puede hacer crecer su idea. Además, tiene que ser una persona técnica, que entienda lo que está haciendo, que estudie y que sea metodológica y disciplinada. También tiene a consideración que el modelo de negocio sea replicable en otros países. Para él, esto, además de ayudar al emprendedor, es una gran posibilidad de crear una súper red de emprendedores, inversionistas y mentores que van escogiendo proyectos para impulsarlos. “Creo que el objetivo es construir una red de personas y un ecosistema más robusto, que nos ayude a crecer juntos y a largo plazo”, concluyó.

Miguel McAllister, CEO de Merqueo. McAllister ha invertido en siete startups de las cuales dos han quebrado. Inspirando a los demás Andrés Gutiérrez y su amigo Juan Salcedo emprendieron en 2012 con Tappsi, considerada la aplicación para pedir taxis más grande del país y una de las más utilizadas en la capital. Pero tras su éxito y con el objetivo de convertirse en la aplicación más grande de Colombia, en 2018 se fusionó con la brasileña Easy Taxi. En medio de ese proceso, estos dos emprendedores estaban trabajando en crear una plataforma virtual de pagos, pues durante su trabajo en Tappsi encontraron que los pasajeros y conductores enfrentaban el problema del pago en efectivo, en especial con los billetes grandes. Gracias a esto, crearon Tpaga, una billetera móvil que ya tiene más de 150.000 usuarios. “Fue un momento agridulce. Soltar un emprendimiento que había creado de ceros y que ya era una de las apps más grandes del país, no fue fácil. Y por un lado la emoción de crear empresa de nuevo. No hay como esos días de crear un producto y saber por dentro que estás creando algo que va ser el futuro. Lanzamos Tpaga siendo tal vez la primera billetera digital del mercado que no era de bancos y hoy ya hay decenas tratando de hacer lo mismo”, afirmó Gutiérrez.

Gracias a esta experiencia, y con el objetivo de inspirar a la nueva generación, estos dos socios decidieron empezar a invertir en startups que, al igual que ellos en su momento, buscaban inversionistas para crecer. Según cuenta Gutiérrez, comenzaron esa colaboración para devolverle al ecosistema parte de lo que ellos habían recibido y así ayudarlos a crecer. Explica que empezaron a apostar por emprendedores que demostraban una buena idea de negocio y un equipo capaz de sacar el potencial de la idea. “Nuestras inversiones son muy artesanales. Juan y yo somos mentores de la aceleradora Rockstar y, estando en este ecosistema, encontramos un sinnúmero de buenos emprendimientos a los que les hemos inyectado parte de nuestros recursos”, afirmó. Según cuenta, han invertido en más de diez emprendimientos locales e internacionales –en este caso algunas experiencias que pueden ser replicadas en el país– con recursos que esperan este año lleguen a $1.000 millones.

Andrés Gutiérrez, CEO de Tpaga. El plan de este inversionista es destinar $500 millones este año a emprendimientos. Devolviendo algo al ecosistema José Fernando Vélez es un apasionado por el mundo fintech y la tecnología. En 2002 ayudó a fundar PayU, una empresa especializada en agrupar servicios de pagos por internet. La plataforma ha crecido de tal forma que, en la actualidad, es uno de los líderes en transacciones de comercio electrónico en Latinoamérica. Pero, pese al éxito alcanzado con su socio Martín Schrimpff, Vélez sintió la necesidad de volver a empezar de cero y lanzarse nuevamente al apasionante mundo de crear empresa. “Siempre he sentido que debo emprender, por eso tomé la decisión de dejar PayU, vender mis acciones y crear una nueva empresa con la que espero llegar más lejos”, dijo. Vélez entonces fundó y dirige Bold, una fintech que busca brindar herramientas financieras como datáfonos a Pymes. Y en medio de su nueva aventura este emprendedor colombiano ha destinado parte de sus recursos a impulsar startups, especialmente aquellas enfocadas en el mundo fintech. Según cuenta Vélez, al momento de inyectar capital en una startup se fija más en los emprendedores que en los modelos de negocio o en la industria en la que se mueven. Así, para él, el emprendedor debe ser inteligente, ambicioso, receptivo y saber moverse en el mundo empresarial.

Sus inversiones generalmente están entre US$15.000 y US$50.000, pero ha destinado recursos mayores a empresas más maduras. Ante esto, enfatizó que no suele destinar muchos recursos a las etapas iniciales, pues los resultados pueden ser bastante inciertos. “Me parece que Colombia necesita más negocios y más empresas. Por eso me arriesgo a apoyarlos”, dijo.

José Vélez, CEO de Bold. Vélez ha invertido en seis startups, entre ellas su nuevo proyecto Bold. Más que una ayuda económica Daniel Bilbao, ingeniero electrónico de la universidad de Los Andes, siempre ha mostrado un gran interés por emprender. Es el fundador y CEO de Truora, una empresa enfocada en solucionar uno de los grandes problemas del mundo actual: el fraude y la validación de identidad digital. Creó esta startup de base tecnológica en julio de 2018 y antes de completar el año logró destacarse dado su rápido crecimiento y expansión en Latinoamérica. Bilbao trabajó en la banca de inversión en Wall Street. Luego se trasladó a la costa oeste de Estados Unidos donde fue uno de los primeros empleados de una empresa tecnológica que vio crecer y quebrarse. Esa experiencia claramente le dio grandes bases para dale vida a su propio emprendimiento. Así mismo, en compañía de su hermano gemelo, Andrés, ha desempeñado la labor de brindar acompañamiento e impulso a los nuevos empresarios del país. Según cuenta Andrés, además de crear negocios también se enfocan en ayudar a emprendedores. “Daniel se encarga del networking y de buscar los emprendimientos. Los dos los evaluamos y miramos cómo les podemos ayudar. Intentamos que sea en etapas muy tempranas”, afirmó. Bilbao explicó que suele inyectar montos pequeños en nuevos emprendimientos, pues prefiere acompañarlos en aspectos claves, como pensar en la estrategia, prepararlos para levantar capital y presentarlos a la comunidad de emprendedores. Esto les ayuda a generar una relación más estrecha con los nuevos empresarios que probablemente querrán seguir sus pasos.

“Se ha convertido en una misión personal, pues pienso que la ayuda que damos es más importante que la plata. Porque para eso están los fondos, que son los que tienen los recursos de verdad”, precisó.

Daniel Bilbao, CEO de Truora. Junto con su hermano se ha dedicado a encontrar emprendedores a través del networking.