Tiene apenas cuatro meses de vida, pero crece a un acelerado ritmo del 25% semanalmente y al menos 1 millón de platos se han servido con frutas y verduras suministradas por Frubana, la prometedora ‘agrotech’ colombiana que quiere hacer “la comida más barata” para América Latina y entregar mejores ingresos a los agricultores.El ingeniero industrial barranquillero Fabián Gómez, su fundador, creció en un hogar de agricultores. Su papá siembra limón, mango y papaya en Usiacurí (Atlántico). Desde esa perspectiva ha aprendido los problemas del campo y las dificultades que tienen los agricultores para vender sus cultivos.Hace algunos años se mudó a Bogotá para estudiar en la Universidad de los Andes y al egresar, se dedicó a la consultoría, más que todo en asuntos de operaciones y estrategia en reconocidas firmas internacionales.Sin embargo, renunció a esas posiciones estables para arriesgarse a ser parte del equipo inicial de Rappi, al que fue invitado por uno de los creadores, Simón Borrero. Vio cómo esa idea fue creciendo, tanto, que entre sus responsabilidades estuvo abrir las primeras operaciones por fuera de Bogotá y luego las operaciones de México, Argentina, Uruguay y Brasil. Esa experiencia, dice, le dio un valioso aprendizaje sobre tecnología y sobre cómo escalar negocios rápido.Recomendamos: Las tendencias que dominarán la agricultura en el futuroEntre tanto, veía como su papá vendía un kilo de limones a $1.000 en la finca y que el mismo día, esos mismos limones, un restaurante los estaba comprando a $3.000.“Una diferencia enorme de la puerta de la finca a la mesa del restaurante. La curiosidad de nosotros como emprendedores nos hace preguntarnos por qué pasa eso”, cuenta Gómez.Fue así como decidió dar por cumplido su ciclo en Rappi y se juntó con sus socios Miguel Silva, experto en tecnología y Alex Burrowes, encargado de desarrollo de producto, para crear Frubana.En el proceso, trataban de encontrar el “famoso intermediario” que se estaba enriqueciendo a costa de los agricultores, pero lo que hallaron es que no existe un intermediario, sino muchos intermediarios que “no agregan tanto valor”, con “logística súper ineficiente”.Esta plataforma está tratando de optimizar los procesos de compra entre los productores y los restaurantes, para ofrecerles a estos últimos mejores productos y a los primeros, unas condiciones económicas “más favorables”, al tecnificar los procesos.Le puede interesar: Colombia ya exporta mucho más que café y petróleo“Lo que estamos haciendo en Frubana es coger cada uno de esos problemas, de esas oportunidades y meterles tecnología. Todo lo que nos compran los restaurantes queda registrado. Ya sabemos qué tipo de restaurante consume cuánto. Cuando tengamos más datos podremos predecir incluso un año completo. Con esa información podemos salir a comprar. Eliminamos los desperdicios. Nosotros estamos desperdiciando menos del 3% de la fruta que compramos, cuando en general es 58% que se desperdicia en toda la cadena”, asegura Gómez.Con tecnología están buscando optimizar la logística, con un software que les indica las rutas más rentables para transportar las frutas y verduras. Esto, según Frubana, abarata los costos. “Podemos saber qué vía va a coger el conductor en tiempo real”, comenta Miguel Silva.Los agricultores abren la aplicación, presionan un botón, toman foto a la calidad del producto y se establece un precio. A los agricultores les compran las frutas y verduras a precio de mercado, mientras que a los restaurantes les mantienen los precios por un mes para facilitarles la contabilidad.“Queremos tener transparencia de precios con todo el mundo. En la página, el agricultor puede entrar, ver cuál es el precio al que estamos comprando y ofrecer algo más barato o algo más caro de mejor calidad. Que sea tan fácil como hundir un botón, venga y disfrútelo”, explica Gómez.Esto según Frubana, está derivando en casi un 30% menos de los precios a los que los restaurantes compran regularmente, con los mejores productos e información clave sobre sus consumos y compras. Para los agricultores, creen que esto está generando formalización al promover la inclusión financiera.“En las plazas todo es en efectivo, siendo nosotros una empresa de tecnología, queremos ayudar a educar e incentivar la bancarización de las personas. Estamos haciendo hoy en día el 90% de pagos a los agricultores y de las compras que realizamos a través de plataformas electrónicas”, afirma Silva.Hicieron una alianza con Davivienda para que a través de Daviplata, los agricultores puedan hacer transferencias electrónicas. “Al comienzo era una barrera muy difícil. En las primeras experiencias veías al agricultor sentado encima de un saco de aguacates diciendo ‘yo no me voy hasta que vea la plata’ y tocaba mostrarle cómo funcionaba y que viera que en su cuenta ya tenía el dinero. Ha sido muy bueno”, complementa Silva, diciendo también que al principio se reían de ellos en la plaza porque les decían “acá todo es en efectivo”.En las pocas semanas que lleva en operación, Frubana tiene 20 empleados directos y en total 50 colaboradores, sumando a contratistas. En su catálogo tienen 100 frutas y verduras, que proveen más de 200 agricultores.Hasta la fecha han levantado un capital por US$500.000, incluyendo a inversionistas extranjeros y en Colombia, al Grupo Bolívar y a los socios de Rappi. Preparan su próxima ronda de inversión para el primer trimestre del 2019.Le sugerimos: Las ambiciones de la agricultura espacial reveladas por un genio de la Nasa