Como sucede en la mayoría de restaurantes y hogares del mundo, el interrogante en la cocina es qué hacer con el aceite usado. Esa preocupación se tornó a una escala mayor en la ingeniera ambiental Nany Marcela Lizcano, que en Neiva observa cómo estos residuos van a parar a río Magdalena y por ende, al resto del país. Su respuesta ha sido Amanita, una empresa que usa aceite usado de restaurantes para fabricar jabones corporales y para el hogar. Relacionado: La patente de una huilense para las salas de cuidados intensivos “Antes ellos esperaban casi un año para que una empresa de Bogotá pasara a recolectar aceite para hacer biocombustibles. Pero la espera era larga y cuentan que se sentían encartados con ese residuo, así que ahora nos dan su aceite usado y lo intercambiamos por jabón que han empezado a usar en sus mismos establecimientos”, expone Lizcano. La emprendedora dice que esta ha sido una forma de “cambiarles el chip” a más de 10 restaurantes que se han sumado al proyecto. En Amanita tienen otra línea que fabrica desodorantes y jabones cosméticos, entre otros productos, con aceites vírgenes de coco, olivo y girasol, sin químicos y con conservantes naturales. Los productos de la empresa están llegando a Bogotá, Caquetá y Putumayo. Vea también: El emprendedor colombiano que escala con productos a base de panela “Estamos gestionando un permiso con la autoridad ambiental para recolectar mayor cantidad de aceite de manera formal y hacerlo en otras ciudades, con puntos de recolección”, resalta. Con el acompañamiento de la Cámara de Comercio de Neiva y del BID está explorando oportunidades para crecer. Esto, a través del programa Empréndelo, que enseña una metodología de autogestión para intervenir a emprendedores en habilidades, asesorías y mentoría. Lea además: El paisa que creó un unicornio billonario en Brasil Lizcano agrega que reemplazan la grasa animal por el aceite vegetal y los químicos por el poder de las plantas. “Cada planta tiene una propiedad para reemplazar un químico. Yo siempre digo eso, hay unas para conservar productos, otras son antibacteriales, otras ayudan a propiedades extra de nutrición de la piel, así hay muchas”, cuenta. Esta emprendedora recuerda que siempre había tenido en mente crear su propia empresa y generar empleo. “Al industrializar generamos empleo y además estamos recolectando un residuo que aquí en Neiva se va a contaminar el río Magdalena”, reiteró. Le sugerimos: Sumando puntos de fidelización, la ‘startup’ Leal atrae US$3 millones