Álvaro Rendón es abogado, tiene un posgrado en derecho administrativo de la Pontificia Universidad Bolivariana y en derecho económico del Externado. Dentro de su trayectoria profesional se ha desempeñado como auditor general de la República y personero de Envigado. También, fue catedrático de la Escuela de Administración Pública ESAP, de la Universidad Santo Tomás y de la Sergio Arboleda. Rendón además ha sido asesor jurídico de varias empresas tanto del sector público, como del privado. Actualmente es miembro de la Junta Directiva de Arona Grupo Empresarial S.A. y presidente de Global Consulting Network S.A.
Los retos El nuevo gerente de EPM tendrá que enfrentar varios retos en su administración. El primero de estos es la auditoría de Hidroituango que se estima se lleve a cabo en los primero 3 meses del año por parte de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) y el Ministerio de Minas. Esta auditoría buscará determinar en qué estado se encuentra la obra y verificar que se esté cumpliendo con los plazos establecidos. El gerente saliente, Jorge Londoño, explicó que otro de los retos importantes de su sucesor deberá ser mejorar la liquidez de la compañía, esto luego de las pérdidas que han ocasionado los dos años de contingencia de la hidroeléctrica, que según un informe de la contraloría, superan los $4 billones. Por supuesto que adelantar los trámites de reclamación de los seguros, y lograr que se expidan las licencias ambientales para empezar a generar energía en el 2020 desde Hidroituango también tendrán que ser una prioridad.
Por último, Rendón tendrá que poner en marcha un ambicioso plan de inversiones, pues la Junta Directiva de la empresa paisa aprobó un presupuesto de $17 billones para el próximo año. Allí se incluyen recursos para el proyecto Hidroituango, sobre todo en áreas como protección a las comunidades, cuidado del medio ambiente y recuperación técnica de la central hidroeléctrica. Del monto global, 34% (unos $5,9 billones) servirán para cubrir gastos de funcionamiento, 23% ($3,9 billones) para operación comercial, 28% ($4,8 billones) para gastos de inversión, 11% ($1,8 billones) para pagar deuda y el 4% ($0,6 billones) restante para caja.
A pesar de las dificultades que ha enfrentado la compañía por los líos de Hidroituango, ha mantenido sólidos sus resultados y sigue mostrando fortaleza financiera pues cerró el 2019 con 10 % de ingresos y 15 % de utilidades más que en el 2018.