En octubre de 2018 publicamos en la edición 553 un informe especial titulado: Cartagena, en asedio. En esa nota explicamos cómo la corrupción, la pobreza y la prostitución seguían en la herencia maldita de muchos años de desidia e inestabilidad política. Ahora volvemos a hablar de esta ciudad, pero para contar otra cara. La de un grupo de empresarios de distintas partes del país y del mundo que invierten en la ciudad para convertirla en un nuevo referente de gastronomía, lujo y confort del Continente. Los problemas de pobreza, movilidad y educación persisten. Pero los proyectos e inversiones que están en camino se pueden convertir en oportunidades de empleo y catalizadores de inversión. Otras ciudades del mundo le han sacado provecho al boom del lujo y el turismo para mejorar las condiciones de la población. En eso todavía hay mucho por hacer en la capital de Bolívar. Los proyectos Si va a Cartagena por estos días y pasa por el barrio Getsemaní (justo al lado del Centro de Convenciones Cartagena de Indias), podrá ver la obra de lo que será el primer hotel de ese formato que operará la cadena Four Seasons en Colombia, un proyecto donde también participa el Grupo Santo Domingo. Según el diario El Universal, el nuevo hotel de 132 habitaciones ocupará más de media docena de edificaciones, entre clubes sociales, teatros y claustros de Getsemaní. La obra estaría lista a finales de 2021, luego de una inversión de US$100 millones. A un par de kilómetros de allí, en la ajetreada zona de Bocagrande, varias de las marcas hoteleras más grandes del mundo han puesto su logo y huella. Es el caso de la cadena estadounidense Hyatt, que cuenta desde hace 3 años con una moderna sede que tiene en proceso de ampliación. Como los nuevos desarrollos hoteleros y comerciales han aumentado la concurrencia, se necesitan con urgencia soluciones al creciente y caótico tráfico.
Para eludir precisamente ese panorama de congestión y ruido, algunos inversionistas han puesto sus chequeras en otras áreas de desarrollo, como Puerto Canoa, muy cerca de donde se construye el gran complejo urbano de Serena del Mar. “En Puerto Canoa tenemos el proyecto Altos de Guayacanes que inicia con dos condominios para estratos altos. El primero de ellos tendrá 59 casas, cada una a $1.700 millones, mientras que el segundo tendrá 158 unidades desde los $700 millones”, dijo a Dinero el vocero de la iniciativa, Francisco Prieto. El directivo explicó que esta zona tiene las mejores playas de Cartagena y que los condominios tendrán cancha de polo y de equitación, así como un hotel de lujo 5 estrellas de la clasificación todo incluido. Aunque el nombre no fue divulgado por Prieto, una fuente en Cartagena aseguró que se podría tratar de Grand Palladium Hotel, una prestigiosa cadena cuyo principal accionista es Abel Matutes, reconocido político y empresario español.
Detrás del mencionado proyecto (Altos de Guayacanes) también está otro peso pesado local del sector: Ospinas. Pero este no es el único desarrollo de estas características. Al mejor estilo de Dubái o Miami, Estuario Condominio Marino promociona mansiones en una isla natural (Serena del Mar) a donde se podrá llegar en yate o velero. Los lotes más pequeños tendrán 1.400 metros cuadrados, cada uno con muelle privado. A la par con esas inversiones y apuestas inmobiliarias de lujo está la nueva oferta de servicios.
Un hito en ese frente fue la apertura este año del Centro Comercial La Serrezuela, ubicado en el barrio San Diego, donde antes funcionaba un circo teatro. Este desarrollo comercial elevó el nivel de estilo y lujo en la pujante área colonial de la ciudad. Acá la inversión llegó a los $300.000 millones. En gastronomía también hay historias interesantes. Justo al lado de La Serrezuela, se trasladó el restaurante Candé, cuya primera sede, ubicada a pocos metros de la plaza Santo Domingo, se había quedado pequeña ante el creciente número de comensales, la mayoría de ellos extranjeros. “Candé se convirtió en un referente nacional e internacional, tanto que llevamos entre 5 y 6 años de crecimiento en ventas. La nueva Candé tendrá un área de 700 metros cuadrados”, comenta con orgullo Alberto Llamas, socio de esta y otras marcas de restaurantes de alto nivel que tiene la ciudad. Llamas lidera, junto con su madre y otros familiares, el Grupo Gela enfocado en tres líneas de negocio: confección de artículos de cuero, restaurantes y un novedoso servicio de alquiler de yates y botes.
Varias marcas de ropa de lujo llegan a La Serrezuela atraídas por esta arquitectura única en el país. Se trata del proyecto en madera más grande de Colombia. Sobre este último negocio habló William Salazar, gerente y también accionista de Boating Cartagena. “Aunque en 2019 el negocio no ha crecido tanto como en años anteriores, sigue moviéndose con turistas y ejecutivos que vienen a congresos y ocio. Aún así, atendemos entre 3.000 y 4.000 personas al año”, cuenta Salazar, quien agrega que, con 3 años de operación, la compañía cuenta ya con unas 20 lanchas y yates, entre alquilados a terceros y propios.
¿De dónde tanto interés por invertir en la ciudad? Para empresarios como Llamas y Salazar, el proceso de paz fue clave. Así mismo, buscadores de turismo como Kayak y Booking ya ubican a Cartagena como un destino ‘prioritario’ en esta parte del mundo. Otro factor es la belleza del casco histórico (declarado por la Unesco patrimonio histórico de la humanidad en 1984), la buena ubicación de la ciudad en el continente, así como los atractivos naturales de la región. Para Sarah Valencia, directora de ventas y mercadeo del Hyatt Regency de la ciudad, otro hecho que ha favorecido el mercado es que al aeropuerto Rafael Núñez llegan a diario vuelos de aerolíneas como KLM, Spirit, JetBlue, American Airlines, Interjet y la propia Avianca con vuelos internacionales.