La llegada del coronavirus al país le ha dado un giro de 180 grados al panorama fiscal. La fórmula que el Gobierno había venido aplicando con sus dos reformas tributarias había superado las tensiones en el Congreso y la economía venía creciendo. Pero el virus detuvo buena parte del aparato productivo y el panorama hoy es otro. El país enfrenta un doble choque. Por un lado ha tenido que aumentar el gasto con énfasis especial en fortalecer el sistema de salud, proteger a las empresas y cuidar el bienestar de la población vulnerable. Y, por otro, enfrenta una caída de grandes proporciones en sus ingresos tributarios debido a la inactividad económica y a la caída del precio del petróleo. Según la Dian, la caída en los ingresos podría estar por el orden de $24 billones. El Ministerio de Hacienda reveló que el hueco fiscal alcanzará $20 billones y que una nueva reforma impositiva es inevitable. Para Juan Guillermo Ruiz, socio de Posse Herrera Ruiz, la próxima reforma no se debe enfocar solo en el recaudo sino en el equilibrio fiscal. “La reforma debe buscar competitividad y un mayor dinamismo de la economía”, agregó. Ruiz explicó que, a pesar de que las dos últimas reformas del gobierno Duque, disminuyeron las cargas para las empresas, aún son elevadas. Le puede interesar: El presidente Duque insiste en que no es momento de una reforma tributaria Según un reciente informe de la Ocde, Colombia ocupa la sexta posición como uno de los países donde las empresas pagan más impuestos. Hasta ahora, de las pocas señales que ha enviado el Gobierno sobre los lineamientos de la eventual reforma queda claro que no quieren que las empresas continúen soportando la carga tributaria del país. Además, porque estas deben impulsar la recuperación económica. Llevar a cabo una reforma tributaria que recoja los 2 puntos del PIB que se necesitan será un gran reto. De no lograrse, será necesario hacer un recorte agresivo del gasto público. Una jugada difícil, teniendo en cuenta que los recursos públicos y los estímulos fiscales serán fundamentales para encender la economía. “Hay que llegar a un balance entre cuál es la posición del gasto razonable que debería tener el Gobierno en un momento de crisis y cuáles son las agencias que son realmente esenciales”, indicó Carolina Rozo, socia de PPU. Seguramente una fuente importante de recursos provenga del impuesto al patrimonio, como cuando el país necesitó recursos para financiar la guerra y el proceso de paz. Rozo recordó que en épocas de crisis siempre se acude a esta medida. Sin embargo, aseguró que hay que tener cuidado con la manera en que se grabarán estos patrimonios, pues, en muchos casos, este no es líquido y gran parte es adquirido mediante deuda. Por otro lado, ya se ha discutido la necesidad de transferir parte de la carga a una mayor porción de las personas naturales (asalariados y rentistas de capital). Es decir, ampliar la base tributaria, como sucede en otros países. Le recomendamos: Esta es la reforma tributaria que proponen oposición y otros partidos Para Natalia Guerrero, socia de CMS Rodríguez Azuero, la generalización del IVA también podría ser otra alternativa para tapar el hueco. Eso hoy podría resultar más fácil, teniendo en cuenta que el mecanismo de la devolución a los más vulnerables reduce la regresividad que siempre se ha alegado al respecto. No obstante, ni la ampliación de la base de tributación de personas naturales, ni la generalización del IVA serán una tarea fácil, y más en época preelectoral. El populismo tributario no deja de ser una amenaza. Otro punto es el de la revisión de los tratamientos preferenciales existentes. Cabe destacar que hace pocas semanas el Ministerio de Hacienda creó una comisión para evaluar este tema de las exenciones y que tendrá que dar un resultado en un plazo de 18 meses.

Por otro lado, el Gobierno ya tiene en sus manos los resultados de la misión encargada de evaluar el sistema tributario de los entes territoriales. Para los abogados consultados, sus resultados seguramente tendrán un enfoque unificador que buscará disminuir la dispersión de este tipo de tributos. Camilo Zarama aclara que no es la primera vez que se intenta. Pero que es necesario que se unifiquen procesos y que los municipios del país se tecnifiquen para brindar más seguridad jurídica a los inversionistas. La demanda de inconstitucionalidad del Estatuto Tributario que presentó Dejusticia por la violación del principio de progresividad también ha dado mucho de qué hablar. Aunque en principio fue inadmitida, al cierre de esta edición Dejusticia insistirá en esa acción. El tema, para algunos, puso sobre la mesa el debate en torno a la naturaleza regresiva de ciertos componentes del sistema tributario. Pero, para otros, puede originar una mayor inseguridad jurídica y una ruptura de la separación de poderes. Los tributaristas consideran que haber demandado la totalidad del estatuto fue un error, porque en este no solo se incluyen temas impositivos. También hay aspectos procedimentales y técnicos. Lea también: Colombia buscará más de $20 billones con nueva reforma tributaria Claramente la ineficiencia del sistema actual eleva los costos para la actividad económica y favorece la evasión y la elusión. En el tema tributario el Gobierno enfrentará un reto mayúsculo, pues los ingresos no dan espera. Ojalá la próxima reforma, concebida como instrumento de largo plazo, encare los temas estructurales para recaudar más, pero con progresividad y eficiencia.