"Después de haber hecho algunos progresos en asuntos importantes un par de días atrás, la compañía ha mostrado una falta de voluntad para compensar al gran personal de la UAW", dijo en un comunicado el vicepresidente, Terry Dittes. "Estas negociaciones han empeorado", dijo. Cerca de 50.000 trabajadores de GM dejaron de trabajar a mediados de septiembre, lanzando la mayor disputa laboral que haya afectado al fabricante de autos en más de una década. El viernes, la compañía hizo saber que extendería la cobertura del seguro médico para sus trabajadores por la duración del paro.
Eso fue visto como un signo de que las partes podrían alcanzar un acuerdo el fin de semana, a pesar de que había obstáculos por la seguridad salarial y de trabajo para los nuevos contratos. Pero Dittes dijo que la gerencia había rechazado un detallado paquete de propuestas que el sindicato había presentado el sábado. El líder indicó que en su respuesta, la compañía ofreció pocos cambios a la propuestas de la gerencia que el sindicato había rechazado previamente. La huelga ha parado la producción de GM en Estados Unidos, impactando sus operaciones en Canadá y México donde miles de trabajadores han sido cesados temporalmente. GM produce las marcas de Chevrolet, Buick, Cadillac y GMC.
Al margen de mejores salarios y beneficios, el sindicato quiere que GM reactive cuatro fábricas cerradas en noviembre de 2018. Por su parte, GM dijo que ha propuesto más de US$7.000 millones para inversiones en instalaciones de Estados Unidos, 5.400 nuevos empleos y mayores salarios. Los expertos dicen que la huelga podría costar a la compañía hasta US$100 millones al día.