UnLa mayoría de los universitarios que al graduarse no desean ser empresarios aspiran entrar a una multinacional o a una gran empresa. Consideran que allí pueden crecer más y desarrollar su potencial. No obstante, pocos lo logran y muchos de los nuevos profesionales entran a las empresas de menor tamaño. Pueden ser una buena escuela profesional y, además, ofrecen mayor estabilidad laboral que las más grandes. Las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) del país responden por 78,2% del empleo nacional y, a diferencia de las grandes, que hoy hacen recortes, registran estabilidad en sus plantas de personal.
Para David Barbosa, profesor de Administración de la Universidad del Rosario, las pymes colombianas tienen la gran ventaja de que crean comunidad y sus empleados construyen allí su proyecto de vida, en especial aquellos sin formación profesional. "Al ser pequeñas, todos los empleados se conocen y encuentran sentido de colectividad. En las firmas grandes rotan más porque tienen metas más exigentes. Además, hay muchos jefes, mientras que en las Pymes solo hay uno o dos", asegura este académico. De todos modos, Barbosa admite que las Pymes se deben esforzar por atraer a los profesionales, pues ellos pueden ayudarlas a crecer más. Para Barbosa, las Pymes también han aprendido a hacer negocios en medio de los problemas de orden público del país, lo que las ha vuelto más ingeniosas. Así mismo, su tamaño les facilita enfrentar las transformaciones. Pueden adecuar más pronto sus espacios físicos o tomar decisiones ágilmente, como, por ejemplo, cambiar el core del negocio. Otra visión tienen los profesores Juan Carlos Flechas Villamil, director de la unidad de Desarrollo Empresarial de la universidad de los Andes, y Jairo Jarrín, del Departamento de Gestión de Operaciones de La Sabana. Ellos consideran que, pese a que las Pymes deberían tener en su tamaño una ventaja comparativa, no lo aprovechan. Y, por el contrario, andan rezagadas en términos de productividad e innovación.
‘Gerensajeros‘ Para Flechas Villamil muchas Pymes tienen fundadores con funciones de ‘gerensajeros‘. Manejan todo: clientes proveedores, empleados, etcétera. Solo ellos entienden para dónde va la empresa y eso limita su crecimiento. "Un buen emprendimiento muere también por esa causa, no tienen su plan de negocios escrito, sino en su cabeza. Y tampoco saben delegar", precisa este académico. Prueba de ese bajo nivel de innovación está en que Colombia cuenta con pocas empresas de alto rendimiento (las que crecen más de 20% en los últimos 5 años medidos). Entre los países de la Ocde hay en promedio 10.508 empresas de alto rendimiento y acá apenas hay 1.056. En Estados Unidos son 36.210, en Brasil 28.304, en España 9.800 y en Argentina 2.500. "Además solo 7% de las empresas colombianas exportan y esto nos pone en seria desventaja frente a los vecinos de la región", precisa Flechas Villamil. Jarrín, por su parte, señala que a partir de su experiencia de trabajar con Pymes se ha dado cuenta de que tienen una de sus principales falencias en el tema logístico, pues carecen de cultura de planeación, no proyectan su demanda; en otras palabras, viven al día. "Por eso, cualquier compañía que no tenga esa cultura siempre opera, compra, produce y maneja sus inventarios a ciegas. Siempre está en una posición reactiva, lo que impacta los costos de operación y el margen de rentabilidad", precisa. La Encuesta Nacional Logística 2018, que contrata el PND, muestra que la operación logística promedio nacional cuesta el 13,5% de las ventas, pero en las Pymes sube a 17,6%, mientras que el promedio de la Ocde es de 5% a 6%. Si bien hay graves falencias en infraestructura, lo más grave es que muchos empresarios no se preparan para mejorar su logística. Debilidades y fortalezas de un grupo empresarial que sostiene las bases de la economía nacional.