Volvo, una de las mayores empresas de Suecia por ventas y número de empleados, apuesta por fuertes ingresos en China para alcanzar su meta de casi doblar las ventas al 2020 y asegurar su futuro en una extremadamente competitiva industria automotriz. "Por primera vez en muchos años tenemos realmente panoramas positivos para todos nuestros principales mercados", comentó el presidente ejecutivo de Volvo, Hakan Samuelsson, quien apuntó a un crecimiento en China y Estados Unidos, además de una esperada, aunque modesta, aceleración en los mercados europeos. La compañía con sede en Gotemburgo informó más temprano que sus ganancias operacionales subieron a 1.920 millones de coronas suecas (302 millones de dólares) el año pasado desde los 66 millones en el 2012. El agudo incremento en las utilidades fue posible pese a que Volvo anotó una pérdida de 577 millones de coronas en la primera mitad del año pasado y a que los ingresos para el año completo bajaron a 122.250 millones de coronas desde los 124.550 millones de coronas del 2012. Volvo, que fue comprada por Zhejiang Geely Holding Group Co a la estadounidense Ford Motor Co en el 2010, mantuvo su pronóstico de mantener números azules este año y un incremento en las ventas de "un buen" 5 por ciento desde los 427.840 autos vendidos en el 2013. China se ha convertido en un punto brillante para Volvo en su búsqueda por competir con mayores marcas globales de lujo, como BMW; Mercedes, de Daimler; y Audi, de Volkswagen. Las ventas de Volvo en China se dispararon casi un 50 por ciento el año pasado, lo que convirtió al gigante asiático en el principal mercado para el grupo junto a Estados Unidos. Pero aunque el negocio en China ha despegado, la escasez de nuevos modelos ha hecho que Volvo sea incapaz de aprovechar del todo el crecimiento del mercado estadounidense, donde sus ventas cayeron un 10 por ciento el año pasado, a 61.233 unidades, más o menos la mitad que hace 10 años. Reuters/D.com