De la noche a la mañana, las empresas debieron cambiar sus formas de trabajo. El perímetro tradicional de seguridad desapareció y los datos de las compañías se volvieron accesibles desde cualquier parte: se permitió el acceso a activos críticos a quien lo solicitara, indiscriminadamente en algunos casos, desde donde estuviera, y la nube corporativa se mezcló con la nube personal del usuario.   La precaución no fue el común denominador, pero sí lo fue la urgencia de mantener la operación. No vamos a saber a dónde nos llevó esta salida de emergencia ni el impacto que ha alcanzado hasta el año próximo, en el que seguramente descubriremos el verdadero volumen de los datos y dinero que las empresas han perdido.  Lea también: Pulso entre Barranquilla y Anif por la ciudad con mayor mortalidad de covid-19 La respuesta a la pandemia fue rápida y respondió a la urgencia: se habilitaron accesos y, en muchos casos, se montaron negocios totalmente online en horas. ¿La seguridad? “Nos ocupamos sobre la marcha”.   Muchos CEO aún creen que “está todo bien” porque no han evidenciado incidentes, aunque es sabido mundialmente que durante estos meses de confinamiento y trabajo remoto los ciberdelincuentes salieron de cacería. Si no restauramos algo de la visibilidad que perdimos en esta transición, nunca sabremos si fuimos o somos una de sus presas.  Este nuevo escenario obliga, tanto a compañías como a usuarios, a revisar políticas y procesos, a validar posturas de seguridad cibernética y a analizar los riesgos. El hecho de que los empleados accedan desde sus dispositivos personales a la nube laboral es uno de los temas más urgentes a considerar en 2021. La ciberseguridad no debe ser una barrera para trabajar.  Le puede interesar: Gobierno anuncia ampliación del programa Colombia Mayor El empleado o el usuario debe acceder de manera fácil, ágil y desde donde quiera hacerlo. Que se acceda desde un dispositivo personal, tema de debate hace dos años por los peligros que generaba, hoy es la nueva normalidad a incorporar y adaptar. El empleado necesita acceder de manera remota, no tiene otra opción.    Para ello, la compañía deberá contar con profesionales y tecnología que analicen el riesgo relacionado con los datos consultados o accedidos, el comportamiento, el contexto, la ubicación, etc.   La ciberseguridad debe ser una aliada y no un contratiempo. Será necesario adoptar plataformas integradoras de tecnologías para brindar información de movimientos y almacenamiento de datos.   Le recomendamos leer: Cinco consejos para reservar inmuebles en plataformas virtuales Se deberá crear mapas de dónde está almacenada y quién accede la información; esto hará que las compañías se sientan mucho más seguras, permitiendo identificar amenazas en el menor tiempo posible, disminuyendo el tiempo de permanencia de las mismas en la organización, así como mitigando y disminuyendo los niveles de riesgo de fuga de datos relacionados, como el acceso a datos críticos desde cualquier dispositivo y desde cualquier punto del mundo donde se encuentre el usuario.   La consolidación de estas estructuras seguras es un gran paso que deberá darse tras una integración de todas las áreas de una empresa por un objetivo común. La seguridad no es responsabilidad solo del área tecnológica. Todos, incluidos los clientes, socios de negocio, etc., deberán conocer y tomar conciencia de los riesgos que se asumen al manejar datos en un dispositivo electrónico o acceder a datos en la nube corporativa desde lugares no seguros o dispositivos no confiables.   Lea a continuación: Fallece ‘Pepe’ Douer, fundador de la marca textil PatPrimo El gran desafío para el 2021 será formar estructuras organizacionales sólidas que protejan los activos y a los usuarios, conociendo el funcionamiento interno y ayudando de esta manera a evitar fugas y por ende multas indeseadas. *Alejandro Marthi, ingeniero Sr. para países de habla hispana y Caribe en Forcepoint.