El papel de las Pymes es cada vez más notorio dentro del engranaje económico de Colombia. Agrupan el mayor número de unidades productivas y en los últimos años se ha identificado una correlación importante entre la tasa de creación de este tipo de empresas y el crecimiento del PIB. Al igual que las compañías de mayor tamaño, las Pymes enfrentan una amplia competencia, que las obliga a vincularse a dinámicas productivas regionales, bien sea como productores finales o como proveedores de insumos y servicios empresariales. No obstante, están en desventaja con las grandes a la hora conseguir crédito, pues es bien sabido que, cuando son proveedores de cadenas o firmas de gran tamaño, no les pagan de contado sino a plazos que pueden llegar hasta 180 días.

Estadísticas de la Gran Encuesta Pyme de Anif, que realiza dos veces al año, indican que solo 44% de este tipo de firmas solicita créditos al sistema financiero. Pese a que las tasas de interés se han reducido, una las principales razones por las que las Pymes no acceden a ellos es porque les parecen aún costosos. Además, la encuesta de Anif muestra que cuando efectivamente piden crédito lo hacen para financiar sus actividades diarias y no para expansión o innovación.