Canal 1 interpuso una denuncia contra Caracol Televisión ante la Superintendencia de Industria y Comercio por las prácticas "restrictivas de la libre competencia" que, según le dijo a Dinero el presidente de la compañía, Ramiro Avendaño, está haciendo Caracol en temas de pauta publicitaria, y por lo que Canal 1 ha dejado de recibir ingresos entre US$30 millones y US$40 millones en los últimos dos años. Dinero: ¿En qué consiste la denuncia ante la SIC? Ramiro Avendaño: El 4 de abril de 2019 pusimos una queja ante la SIC contra Caracol TV por prácticas restrictivas y abuso de posición dominante. Dentro de la queja hay un tema en particular y son los modelos contractuales, en los cuales se excluye la posibilidad de pautar en un canal diferente a Caracol, pues en sus contratos de exclusión ofrece una tarifa específica a sus anunciantes y deja claro que si compran pauta en otro canal, la tarifa se incrementa hasta cinco veces. Lea también: Gobierno cree que Colombia será pionera en 5G en Latinoamérica Llama la atención que esto solo ocurre con canales del ámbito nacional. Además, hemos encontrado otros contratos que se llaman de extraparticipación y junto con las otras cláusulas se busca controlar precios y ahogar el mercado publicitario. D: ¿Por qué lo pueden hacer? RA: Porque tienen una participación de mercado de cerca de 60%. Hemos visto que estas prácticas son restrictivas de la libre competencia y al aplicarlas abusan de su posición dominante y son acciones para generar un fracaso del canal. D: ¿Han recibido alguna comunicación de Caracol? RA: Hasta el momento no hemos recibido ninguna respuesta de Caracol; sin embargo, el año pasado en una entrevista radial, un directivo de ese canal admitió que se presentan estas situaciones. D: ¿Cuál puede ser la sanción por estos hechos? RA: No buscamos que haya una sanción, sino que cese una práctica que es violatoria del TLC con Estados Unidos, las normas de la Ocde y a las leyes nacionales. Lo que queremos es que podamos tener un mercado publicitario transparente, podamos tener acceso a todos los anunciantes, sin presiones ni incentivos, y que las tarifas no dependan de la participación de mercado, sino de los volúmenes. D: ¿Cuánto han dejado de percibir por esta situación? RA: Debemos haber dejado de ingresar entre US$30 millones y US$40 millones en los últimos dos años. D: ¿Canal 1 ha buscado a los otros canales privados? RA: Me aproximé a ambas compañías sin éxito, para intentar resolver este tema de buenas maneras. Esta práctica de extrashare de la que Caracol hace uso también la aplica RCN. D: ¿La SIC ya tomó cartas en el asunto? RA: Ya hemos denunciado los hechos. Entendemos que los plazos de la SIC son de 12 a 18 meses para investigar y operar en este sentido. Recientemente ha sancionado comportamientos con mucha dureza. Canal 1 lo que quiere es nivelar la cancha, pues estos comportamientos ponen en peligro la inversión extranjera. D: ¿Les preocupa la estabilidad jurídica en el país? RA: Nos preocupa que el mercado no sea suficientemente transparente. Nosotros confiamos en las instituciones del Estado, pero les falta velocidad; este tema se ha tomado con mucha seriedad, pero en Colombia hace falta claridad en las reglas de juego. Además, es necesario que lo que está en el papel se cumpla. Lea también: Canal 1 toma el control del rating D: ¿Cómo es el mercado de la pauta? RA: Colombia era el país más poblado del mundo con solo dos canales en 2017. Solo 20 años luego de exclusividad de Caracol y RCN entró un tercer canal. Estamos convencidos de que a los colombianos les conviene un tercer canal y una industria que trabaje más unida. D: Este mes cumplen tres años al aire, ¿cómo les ha ido? RA: Ha sido muy interesante. Nosotros entramos con números inferiores al 3% de participación de mercado y hemos tenido programas con casi 30%. Nuestro programa Guerreros logra audiencias cercanas al 20%. El año pasado tuvimos audiencias del 28%; nuestro noticiero alcanza dos millones de personas cada noche. Actualmente, al canal lo ven entre 11 millones y 15 millones de personas al mes: es una señal clarísima de lo que quieren los colombianos.