Además de la producción de uno de los mejores cafés del mundo, Colombia también se ha dinstinguido por tener la mejor esmeralda del mundo, según expertos internacionales. Sin embargo, desde hace ya varios meses pequeños y grandes productores se enfrentan por una decisión que debe tomar la SIC pronto: si otorga o no la denominación de origen de la esmeralda colombiana. Esto condicionaría la forma en la que se mueve un mercado de casi US$134 millones, según cifras de Fedesmeraldas, pues el gremio que agrupa a estos productores señala que la denominación es necesaria para, entre otras cosas, proteger la reputación de la esmeralda nacional que viene siendo presuntamente atacada por productores como Brasil, Zambia y Etiopía. Lea también: Hogares en Colombia superan la pobreza extrema con $549.400 al mes "(Estos países) aducen características similares, en un ejercicio claro de competencia desleal y promocionar las calidades excepcionales y únicas de la piedra colombiana, permitiendo recuperar el espacio que se ha perdido en el mercado internacional", explican desde el gremio que nació en 1998, luego de la unión entre Aprecol, Asocoesmeral y Acodes. Según le comentó a Semana el presidente de la Federación Colombiana de Esmeraldas, Óscar Baquero, por cada esmeralda que se vende se destina el 1% al Fondo Nacional de la Esmeralda, lo cual deja un recaudo anual de entre $3.000 y $3.500 millones que son destinados a inversión social, como la construcción de colegios u hospitales. Según cifras oficiales, cada año se extraen cerca de 1,5 millones de quilates de esmeraldas en el país, de las cuales cerca del 97% son exportadas por los grandes esmeralderos del país, que se agrupan en Fedesmeraldas, por lo cual se verían beneficiados por la denominación. "Nuestro interés en ningún momento es entorpecer la producción de la esmeralda o crear un monopolio como lo han venido diciendo, todo lo contrario, lo que queremos es que la cadena de producción tome la fuerza que tuvo en los años 90 y mejorar los números en el mercado internacional, lo cual será de gran beneficio para mineros, comercializadores, exportadores y para los municipios”, afirmó el presidente de Aprecol, Edwin Molina. Durante los años 90 el país llegó a producir 9,8 millones de quilates, muy superior a lo que se produce hoy en día. Posición de los pequeños productores El viernes de la semana pasada los pequeños esmeralderos hicieron un plantón como señal de protesta frente a la Superintendencia de Industria y Comercio, en Bogotá. Estos se oponen al proyecto que entregaría la denominación de origen de esmeralda colombiana "a un pequeño grupo de empresarios (Aprecol) que buscan administrar y decidir quiénes pueden comercializar y exportar esmeraldas colombianas", le explicaron a este medio los organizadores del plantón. Los manifestantes, señalan, reclaman su "derecho fundamental al trabajo", así como su derecho a comercializar sus piedras en Colombia y en cualquier lugar del mundo llamándolas esmeraldas colombianas, "sin ninguna restricción". Lea también: ¿Pasará la reforma fiscal en el Congreso en un año preelectoral? La Superintendencia ya se encuentra en la última fase del proceso para asignar esta denominación de origen a Aprecol, y de acuerdo con los pequeños esmeralderos "es por esto que todo el gremio representado en asociaciones y cooperativas se une hoy para reclamar su derecho y solicitar que se archive esta pretensión, permitiendo que cualquier colombiano siga trabajando y comercializando esmeraldas colombianas".