Los protocolos de bioseguridad como el uso constante de tapabocas, el distanciamiento físico y el control de aforo, son algunas de las recomendaciones que deben aplicar las empresas para evitar la propagación del virus covid-19 en la reapertura. Asimismo, la constante limpieza y desinfección de los lugares que son frecuentados por muchas personas es otra de las recomendaciones que ha hecho el Gobierno quien además determinó que para reducir el contagio de covid-19 en espacios públicos, los ciudadanos deberán mantenerse en aislamiento voluntario, respetar las normas de bioseguridad en el espacio público y salir solo cuando se considere necesario. Lea también: Colombia traerá los US$5.300 millones del FMI de manera gradual Sin embargo, existen equipos de alta tecnología que complementan las medidas de bioseguridad como los lectores biométricos para control de acceso que les permitirá a las empresas mantener el control de visitantes y usuarios. El segundo son los equipos para control de aforo que muestra en una pantalla cuántas personas entran y dejan el establecimiento, hace conteos complejos incluso en sitios de varias puertas, genera alarmas visuales que permitan al usuario conocer el momento en el que puede ingresar y envía alertas en tiempo real por medio de mensajes de texto para alertar al establecimiento en caso de que excedan el umbral de capacidad. El Sistema para control de síntomas es otro equipo. Este mide la temperatura corporal con alta precisión en tiempo real, por medios se sensores a distancia, identificando posibles perfiles de riesgo. Además, por medio de una alarma genera una señal cuando identifique altas temperaturas. Lea también: Pobreza en Colombia aumentó por preferencias políticas: exministro Cárdenas El cuarto equipo es el medidor de temperatura de proximidad que también mide la temperatura, pero es más rápido y preciso. La diferencia es que permite medir líquidos (biberones), objetos, superficie y temperatura ambiente. El último equipo que reveló Rentek fue la cámara termográfica de mano que se utilizan ampliamente para detectar anomalías de temperatura antes de que comience un incendio, para encontrar puntos calientes y defectos invisibles en maquinarias o sistemas eléctricos que podrían indicar un posible problema.