Estar en la nube significa la oportunidad de tener acceso desde cualquier lugar y dispositivo a soluciones ágiles que auspician el trabajo colaborativo y la inmediatez, resguardando la información confidencial en un lugar seguro capaz de gestionar grandes cantidades de datos. Básicamente, estar en la nube es tener los pies bien puestos sobre la tierra. De la misma manera en que el mundo de la tecnología está evolucionando, los negocios que tienen el firme propósito de permanecer en el futuro deben transformarse a la velocidad de la era digital. Ante el crecimiento exponencial de la tecnología y su amplio oferta de soluciones para los negocios, adoptar soluciones innovadoras, metodologías de trabajo ágiles y acelerar el cambio de procesos desde el interior hacia afuera, se convirtieron en la mayor responsabilidad de los tomadores de decisiones de todas las organizaciones.
Esta gran tarea no solo implica el cambio de una mentalidad empresarial arraigada y conservadora, sino también la inversión en herramientas actualizadas que deriven en la agilización de los procesos para ser más productivos y así obtener los resultados esperados en un menor tiempo. Los servicios Cloud son uno de los principales puntos de partida para llevar a buen término su transformación digital, gracias a sus altos niveles de flexibilidad y accesibilidad, los cuales facilitan la fluidez en los procesos. Hoy se pueden encontrar diversos proveedores especializados en ERP (Enterprise Resource Planning) que están haciendo un gran esfuerzo por desarrollar soluciones integrales para necesidades específicas y ofrecer plataformas como servicio para un negocio que, según Gartner, tiene un potencial valorado en US$103.900 millones para 2020. La nube reúne todas las características que garantizan una mejor seguridad y desempeño para las organizaciones. Los recursos que esta ofrece como servicios, aplicaciones, servidores o redes, así como la ventaja al no tener que invertir en grandes infraestructuras, plataformas o servidores propios, aseguran un retorno efectivo de inversión; minimizando riesgos, costos, tiempos de gestión y de espacios de almacenamiento, y todo garantizando la protección y disponibilidad de la información. Como vemos, su popularidad y rápida propagación en todos los sectores productivos de la economía no es fortuita y pese a que según datos de la consultora IDC, para 2020, el 55% de la inversión de software en Latinoamérica será en la nube, sigue existiendo un gran potencial en el mercado doméstico colombiano para generar un ambiente óptimo de crecimiento, tanto para las tecnológicas que ya ofrecen soluciones en la nube, como para el resto del ecosistema empresarial del mercado.
Una vez desarrollado el potencial del mercado colombiano, la clave es encontrar al mejor aliado: uno con experiencia, reconocimiento mundial y capaz de hacer un acompañamiento aterrizado en el proceso de transformación digital de las empresas hacia la nube.