En el marco de la coyuntura el líder del sector cafetero en Colombia ofreció un panorama general de una industria clave en materia de exportaciones en el país, que se adapta a esta nueva realidad pese a los retos naturales de un escenario tan desafiante como el de ahora. ¿Cómo le ha ido al sector durante el tiempo de cuarentena? Cuando decretaron la situación a la que nos vemos sometidos fue muy preocupante, porque coincidía con el periodo de recolección de la cosecha. Lo que hicimos fue sacar un documento con el que nos pudiéramos apoyar para tener al sector lo más informado y cuidado posible, de modo que hoy somos el único gremio del agro que cuenta con un protocolo avalado por el Gobierno, con el que tratamos de prevenir la expansión del virus en las zonas cafeteras.  La segunda preocupación es la cosecha, porque no íbamos a contar con la trashumancia de la mano de obra, así que intentamos que los cafeteros echaran mano de dos cosas: de la mano de obra desempleada que estaba en sus veredas y municipios, que no tienen ningún ingreso. Lo que hicimos fue formar bolsas de empleo, en las que la gente se viene inscribiendo y puede tener un ingreso para dinamizar las economías locales. La otra medida fueron los avances tecnológicos para poder suplir la mano de obra. Una de estas son las mallas debajo del cafetal, que aumentan la eficiencia en un 20% de la recolección; mientras que la derribadora hace caer el café a través de vibración. Para tranquilidad del país, vale decir que 90% de los encuestados (4.500 cafeteros de todos los tamaños) manifestó tener suficiente mano de obra para la recolección del café. Salvo algunos problemas, la comercialización también se ha hecho normalmente. ¿Cómo se ha comportado el precio del café en el mercado internacional? Lo que hemos visto con el precio internacional del café (US$1,05) es que ha subido un poco, debido a que el consumo se ha mantenido estable. En cuanto al precio interno, la devaluación y el diferencial que le pagan al café colombiano, del precio en Nueva York, hoy son US$0,50, mientras que antes eran US$0,05. Esto le favorece al sector que es netamente exportador. ¿Cómo ven el mercado interno para el segundo semestre del año? Tenemos unas buenas floraciones y creemos que vamos a tener una buena cosecha. Los departamentos del sur del país están en recolección, mientras que en el segundo semestre tendremos que mirar la recolección, que va a ser mucho más retadora en cuanto a mano de obra.  ¿Cómo van a manejar las exportaciones? ¿Van a buscar nuevos mercados? En el nuevo normal, esperamos que, en términos de logística, el comercio del café no sufrirá ninguna circunstancia profunda. Lo que hay que mirar internacionalmente es el nuevo balance del consumo, pues para nadie es un secreto que el segmento fuera de casa ha estado desconfigurado, mientras que el segmento de dentro de casa, que representa 2/3 partes del consumo, se ha fortalecido mucho. Hay que pensar cómo ese mundo de cafés especiales irá a impactar a un país como Colombia. Cómo una gran devaluación, como la de Brasil, va a acelerar la producción de ese país y hará al mundo más dependiente de su caficultura. ¿Cómo está el consumo?  Se reparte así: 2/3 en las casas y 1/3 fuera de casa. El consumo fuera de casa está totalmente borrado, pero la gente de este segmento no se queda quieta. Han acudido a las ventas por internet, las ventas por cafeterías para llevar a la casa han venido subiendo, y lo hemos visto en las tiendas de Juan Valdez.   La consultora Radar reportó que las ventas de café en supermercados en Colombia, para marzo, incrementaron 30% y en abril un 25%. Quizá los 2,2 kilos de café por cabeza que consumen los colombianos pueden aumentar este año. Aquí hay que tener en cuenta el tema del desempleo en el mundo, pues ¿estas personas van a tomar menos café o más café?, y cómo se refleja eso en Colombia, ya que el café no es un lujo, sino una necesidad. Nunca nos habíamos enfrentado a un tema de estos, y no sabemos cómo va a responder el consumo del café; hasta el momento tenemos demanda sana. ¿Están de acuerdo con las medidas que ha tomado el Gobierno? Haber excluido al sector de la cuarentena ha ayudado mucho a la comercialización, pero una de las cosas que el sector necesita es crédito, que le llegue a los productores. Otro punto es que el sector es muy vulnerable, de bajos ingresos, y estamos en el proceso de ayudar y coordinar con el Estado para decirle al productor que es objeto de los apoyos del Gobierno. Por otra parte, se necesita un alivio en los costos de fertilizantes, que han venido subiendo, porque la cadena se ha hecho más compleja, por costos de logística. Todos hemos visto la importancia del campo, de los alimentos, en este momento. Eso tiene que incrementar el interés de la comunidad, del Gobierno por el sector. US$0,10 por taza Fernando Morales, director ejecutivo de Café for Change, le explicó a Dinero que en este momento diferentes países, entre ellos Colombia, están subsidiando a las grandes multinacionales, debido a que el precio no está ajustado, sino que ha venido cayendo en términos nominales desde hace tres décadas y hoy corresponde a un precio mucho menor al que se vendía en 1983, por ejemplo.  De esta manera, Morales hace una propuesta para que por cada taza de café que se venda en el mundo los productores reciban US$0,10, que sean utilizados en mejorar sus condiciones de vida y en capacitarlos para que sean más productivos.