Gaira Café, el negocio de rumba en Bogotá fundado por los hermanos Guillermo y Carlos Vives, anunció esta semana que cerrará sus puertas. El gerente y cofundador, Guillermo Vives, explicó que, pensando en el bienestar de sus clientes y empleados y con el objetivo de hacer las modificaciones necesarias para ofrecer un mejor servicio, cerrarán temporalmente. Y agregó que trabajarán para reabrir las puertas lo más pronto posible y volver recargados con “nuevas sorpresas y experiencias para disfrutar la mejor comida y rumba del país”. En diálogo con Dinero, Vives afirmó que el objetivo de este cierre es prolongar la vida de la empresa lo que más se pueda y abrir en el momento que sea adecuado. “No queremos endeudarnos con la empresa, por eso decidimos cerrar para volver a abrir cuando veamos el momento oportuno. Hoy la gente está temerosa de volver a estos lugares y operar en estos momentos es irnos a pérdidas”, dijo. Le puede interesar: Restaurantes del centro: endeudados y sin apoyo Vives explicó que el cierre parcial también se dará en La Playa, proyecto gastronómico en donde se encuentran otros establecimientos fundados por la familia Vives como La Checa y La Bicicleta Pizzería. En cuanto a las franquicias de Gaira que operan en los aeropuertos de Bogotá y Medellín, Vives aseguró que empezarán a operar conforme se dé la reactivación de las terminales aéreas, priorizando aquellas que den mejores resultados. Al igual que muchos restaurantes del país, Gaira tuvo que adaptarse a la nueva normalidad, por lo que durante los cinco meses de confinamiento la compañía continuó operando bajo la modalidad de domicilios. Vives añadió que este era un segmento que no tenían muy trabajado, pero lograron adaptarse y brindar algunos servicios. “Durante la pandemia muchos no tenían idea de cocinar y para solventar esto diseñamos tres menús para los siete días, fáciles de preparar en casa y muy económico. Luego abrimos la carta de Gaira y nos fue muy bien”, señaló. Lea también: Así se realizará el piloto de reapertura de restaurantes en Bogotá Sin embargo, agregó que la operación de los domicilios no es tan sencilla y mantenerla aún en la reapertura requiere de unos gastos en los que en momentos de crisis no se pueden incurrir. “Estamos viendo una caja que nos puede durar hasta el año entrante, darnos este lapso de tiempo es importante en términos económicos”, resaltó. Frente al personal que empleaba Gaira, unas 250 personas, Vives afirmó que acogieron al proceso de suspensión de contratos conforme lo dicta la ley, al mismo tiempo que llegaron a acuerdos con varios de sus empleados dada la decisión de cerrar temporalmente. “Somos una familia y estamos muy agradecidos, sin ellos no habríamos construido esta historia y sobrepasado los meses de la crisis. Pero hay una realidad: los empresarios no solo deben pensar en la gente, sino que también deben preocuparse por cómo sostener su negocio. Esperamos reactivar lo más pronto posible y estamos comprometidos a llamar a cada uno de ellos para abrir nuevamente las puertas”, concluyó. Puede leer: Así fue como Grupo Gordo estrenó un restaurante en medio de la cuarentena