Cuando se habla de red logística, esta se refiere al conjunto de nodos de suministro (plantas) que permiten llevar los diferentes productos (materias primas, productos en proceso y terminados) a través de nodos de distribución (bodegas) hasta los clientes (tiendas y almacenes), para que les sean entregados a los diferentes consumidores mediante arcos (transporte) que los trasladan a lo largo de todo el sistema. No hay regla general que aplique para todas las industrias, pero algunas tendencias acentúan o aceleran cambios que eran esperados para próximos años en la red logística. Para efectos de esta nota, dividiré tales tendencias en cuatro grupos, en función del grado de apertura o recogimiento que las impacta. Las que se hiperglobalizarán. Común a todos los negocios y que, si bien no transa bienes físicos, afecta las decisiones de toda la red logística: es la tecnología de información. Una orden de compra para abastecer un mercado de Polonia desde un proveedor en Corea puede ser tomada por un decisor en Canadá, usando una herramienta desarrollada en India que es hospedada en Chile y soportada por un equipo que puede estar en México. Lea también: Supertransporte pide intensificar controles sobre el transporte ilegal El desarrollo de la tecnología permite conocer información de inventarios, ventas o consumo, a diario o hasta en tiempo real. Con analítica, herramientas y la capacidad computacional actual, se pueden hacer análisis de diferentes mercados, no importa en donde se encuentren. Esto aplicaría también a un ruteo de vehículos o a la asignación de pedidos para despacho. Esta capacidad permitirá reorientar los flujos y la red logística; así mismo, los diferentes elementos de inventario, producción y transporte deben poder reaccionar con la misma agilidad. Las que se mantienen, pero transforman. Una red hiperglobalizada, como la de vehículos o equipos electrónicos, en las que sus partes se abastecen desde cientos de proveedores en diferentes lugares del mundo, tendrá que reajustarse. Dichas redes, típicamente, buscan eficiencias en compra asignándoles la producción de sus diversos componentes a proveedores en regiones con bajo costo, aun a costa de tiempos más largos de ciclo y más inventario en la cadena. Sin embargo, el mismo control de costo o de metodologías “lean” presiona para que se mantengan bajos inventarios. Si bien se anticipan variaciones, no se contemplan interrupciones importantes, mucho menos una como la que estamos viviendo por cuenta de la pandemia. Esta coyuntura desnudó grandes falencias y rompimientos inesperados, algunas veces de componentes que no parecían críticos a la luz de su impacto en costo o suministro y cuya evidente exposición al riesgo no se visualizaba. Le puede interesar: América Latina fue la región que más sufrió por las cuarentenas estrictas Esta premisa de costo cambió. Ahora se es más consciente de que el costo no es un driver sostenible, y que el servicio y continuidad del negocio son más relevantes. Esto, aunado a una creciente necesidad de medir el impacto ambiental y reducir la huella de carbono, presionará para que este tipo de redes, aunque seguirá globalizada, se simplifique y reduzca la dependencia de muchos proveedores. Las que fortalecen su modelo. Un ejemplo es la industria de confecciones de algunas cadenas, como Zara. Esta marca combina abastecimiento global de algunos insumos como telas con producción local, más cerca de los mercados que atiende, acompañada de procesos logísticos de rápida respuesta. Este modelo reduce la dependencia externa y su vulnerabilidad, así como permite a su vez ajustes al mercado más flexibles por su cercanía. Por supuesto, debe reajustar sus políticas de abastecimiento e inventarios, así como los acuerdos, el fortalecimiento y el desarrollo de proveedores tanto locales como internacionales, que seguramente la lleven a una reducción de su número. Algunas industrias de alimentos o metalmecánica con materias primas o insumos importadas también encajan en este modelo. Las que se tornan más locales.

En particular, para algunos bienes de consumo masivo o alimentos, hay que repensarlas de cara no solo a la vulnerabilidad sino al impacto ambiental. No tiene mucho sentido logístico, ni ecológico, importar agua, una bebida embotellada, un detergente, una salsa o un alimento básico que pueda tener producción local. Si bien hay un posicionamiento de marca, los atributos reales no generan un diferencial de desempeño importante, y el rompimiento de las redes afectó su costo y servicio. Le recomendamos leer: Comunidad científica choca por el uso del Fluimucil para tratar la covid-19 Aun si la calidad es mayor y el costo no sea un diferencial importante, el consumidor es cada día más consciente del impacto que genera. Además, la intermitencia y vulnerabilidad del abastecimiento se pagan con un mayor inventario y esto las hace más costosas. Así mismo, los gobiernos podrán imponer nuevas barreras para proteger la industria local, de cara a una reactivación que tendrá mayor participación local de manufactura y no solo comercio. Para cualquier cadena global, regional o local, es clave mantener el mapeo de su red, lo que implica identificar el conjunto de proveedores existentes y establecer relaciones estrechas que van más allá de enviar una orden de compra. Ahora se hizo más evidente que el proveedor, así sea de un insumo menor como un empaque o una tinta, puede generar un rompimiento de su cadena logística. Con este mapeo, identifique cuál es la relación más débil en las diferentes ramas de su red, la cobertura que tiene y el tiempo que le tomaría a su proveedor retornar al abastecimiento regular. Trabaje con él identificando cómo mitigar el riesgo. Con su equipo, establezca planes de contingencia y acciones alternativas que incluyan sustitución de productos, priorización de productos, clientes y mercados. Durante esta pandemia, se evidenció una vez más la importancia de tener una robusta cadena logística con procesos de abastecimiento sólidos. Contrario a lo que se podría haber pensado al principio, los países asiáticos saldrán fortalecidos de esta pandemia, porque además de haber mostrado por ahora una contención exitosa del virus, sus redes logísticas se restablecieron rápidamente y continúan sin la intermitencia de las de Occidente.  Lea a continuación: Snapchat repartirá US$1 millón diario entre contenidos virales Hay muchos cambios que se deben redefinir, por no mencionar la nueva realidad impuesta por la entrega directa al consumidor, que en otra nota se tratará. Por eso se hace necesario reconfigurar la red logística y aprovechar las grandes ventajas que trae la tecnología informática, como el monitoreo de aguas arriba y aguas abajo, el estado de sus componentes y productos. Convierta a sus proveedores en verdaderos aliados, no de retórica sino de acción. Incluya los de servicio como transportadores, identifique y desarróllelos convirtiéndolos en verdaderos aliados de negocio que se integren a su operación, más allá del eslogan y discurso poco aplicado a la realidad. Con o sin pandemia, la globalización no acabará. Sin embargo, afecta de manera diferente industrias y negocios; acelera prácticas y tendencias para algunas, mientras que para otras se recoge y torna más local. En cualquier caso, transforma las redes logísticas. *Nelson Mariño, cofundador de Decisiones Logísticas