Es bogotano. Tiene 52 años y desde muy joven se destacó por romper los esquemas. Viene de familia dedicada a la medicina. Su padre, Miguel Rangel Franco, hizo parte de los fundadores de la Universidad y el hospital de El Bosque. Claramente, dada su trayectoria, esperaba que su hijo siguiera sus pasos. Pero él tomó otro rumbo. En tono de chiste Rangel cuenta que su padre lo matriculó en la facultad de Medicina de la universidad que ayudó a fundar. Pero a él nunca le llamó la atención el sector de la salud por lo que decidió dedicarse al mundo de los negocios, hacia el cual se sintió atraído gracias a revistas y lecturas que realizaba. “En ese tiempo, el referente más grande que tenía era General Electric y su director Jack Welch”, recuerda. Así, entró a estudiar economía en la Universidad del Rosario. Más adelante realizó un MBA en marketing y un máster en negocios internacionales en la Universidad St. Thomas (Minnesota).

Asegura que le gusta estar atento a los cambios, por lo que ha desarrollado una gran habilidad para escuchar y aprender constantemente. Ha trabajado en empresas como Johnson & Jonhson, General Motors, 3M y en Avery Dennison. “Yo no soy experto en un área pues siempre complemento mis conocimientos aprendiendo de otros, entendiendo los modelos de negocios de cada una de las empresas en las que he estado y teniendo presente que mi trabajo se traducirá en un beneficio para cientos de personas”, afirma. Es disciplinado, observador y está pendiente de cada movimiento de la organización. Allí actualmente se desempeña como presidente de Eternit en Colombia, y como director general para la región Andina de Elementia, la casa matriz. Para ello divide su semana. Dedica los lunes, por ejemplo, a hacerle seguimiento a las operaciones de la compañía y el resto de la semana hace viajes de negocios, visitas a las plantas en Latinoamérica y planear nuevas estrategias. “El empresario debe vivir las cosas de cerca para entender los movimientos, en qué se debe mejorar y cómo hacerlo”, afirmó. En Eternit cumplió un año y medio, tiempo en el que ha estado al frente del cambio de imagen y la creación de nuevas líneas de negocio. De acuerdo con Rangel, la compañía tuvo un panorama poco alentador en el país debido al uso de asbesto en sus productos y al cambio de tendencias del sector. Por eso, Eternit debió realizar un proceso de renovación y de nuevas estrategias. Así, la compañía, cerca de cumplir 80 años, impulsa actualmente la construcción liviana con la que busca reemplazar algunos de los materiales utilizados en este sector, como las paredes de bloque o concreto. Señala que es una tendencia que llega cada vez a más a mercados como Estados Unidos y Europa, gracias a que son más fáciles de instalar, no requieren un proceso en húmedo y reducen los tiempos de construcción casi a la mitad. Para lograr esto, invirtieron US$10,2 millones en la ampliación tecnológica de su planta en Yumbo (Valle del Cauca), lo que les permitirá tener mayor capacidad de producción de productos planos, necesarios para este tipo de construcción.

Así mismo, Eternit lidera una estrategia de sostenibilidad, por la cual reemplaza algunas de las materias primas que utilizaba para elaborar sus productos con materiales reciclables como cajas de cartón o bolsas de cemento. Con esto, Rangel espera crecer 15% este año y mejorar su presencia en Centro y Suramérica. “Nosotros queremos demostrar que somos una compañía que va más allá de producir tubos y tejas. Estamos trabajando en nuevos productos y presentamos nuestra nueva imagen, con la que esperamos proyectar que somos empresa moderna, en constante evolución y preocupada por el cuidado del medio ambiente”, afirma.