Ser una pyme no implica que una empresa no sea grande y no se instaure en el corazón de los ciudadanos. Este es justamente el caso de Óptica Alemana, una empresa dedicada a la optometría y distribución de lentes y que, contra viento y marea, completó 106 años en el mercado colombiano. Llegar a este punto no fue tarea sencilla e implicó una constante transformación, sin dejar de lado su esencia, sobre todo durante la cuarentena. Sin embargo, ni siquiera la pandemia pudo con ellos y hoy están más vivos que nunca. Y con ganas de cumplir otros 100 años. Natalia Gutiérrez, gerente general de la empresa, explica que, si bien la virtualidad (a través de su página web y diversos marketplaces) les permitió tener un respiro durante el confinamiento, las personas siguen prefiriendo la presencialidad cuando de sus ojos se trata. Una vez las cuarentenas localizadas terminaron en Bogotá, Óptica Alemana reinició operaciones y volvió a un flujo regular de clientes. Esperan terminar el año con ventas del 90%, lo cual en tiempos de pandemia se consolida como una cifra importante. Para lograrlo, ha sido determinante la puesta en marcha de protocolos estrictos de bioseguridad, que implicaron inversiones de gran calado. Lea también: Óptica Alemana cerraría el año con ventas del 90% tras la reapertura Eso sí, el retorno de estos recursos llegó días después, cuando se les otorgó el sello de bioseguridad con un cumplimiento del 100% de los requisitos. Ahora están atendiendo al público bogotano, donde tienen nueve sedes, tal y como lo venían haciendo antes de la pandemia, aunque con citas previas y controles de aforo. Además, en un trabajo entre empleadores y empleados, lograron mantener a todos los trabajadores activos y hoy son ejemplo de que ser una pequeña empresa puede ser sinónimo de tenacidad y permanencia en el mercado. “Tenemos que comportarnos como una empresa grande, es decir, tener lo mismo que tiene cualquier otra, estar bien organizados, apuntarles a reconocimientos y premios, y mejorar continuamente. Eso genera sostenibilidad en el tiempo”, concluye Gutiérrez.