Desde hace varios años, la constructora famosa por desarrollar un gran número de proyectos inmobiliarios, dentro de los cuales se destacan los tradicionales centros comerciales Unicentro, venía presentando serios problemas económicos. Y este viernes se confirmó que se acogió a reorganización empresarial, con lo cual se compromete a cumplir una serie de requerimientos. Esto significa que en los próximos 10 días la compañía debe presentar una serie de requerimientos como una actualización del inventarios, así como de activos y pasivos (incluyendo las acreencias causadas entre la fecha de corte de la solicitud).
José Orlando Cortés, quien fue designado como promotor del proceso y quien es el representante de la compañía, deberá presentar el proyecto de calificación de créditos y determinación de los derechos de voto, y con esta información se espera que se defina el pasivo a reorganizar y con el cual se tendrá un panorama más claro para formular el pago a los acreedores. No es la primera vez que esta compañía pasa por una situación difícil, de hecho, a mediados de los años 90 durante la crisis del UPAC, que causó una caída en la demanda de vivienda, la compañía tuvo que despedir a la mayoría de sus empleados, aunque salió a flote gracias a un plan que incluyó la venta de varios activos y una agresiva reducción de costos. Varios años después, en el 2014, la constructora empezó a pasar por nuevos problemas de liquidez lo que causó que en 2016, la compañía se sometiera a un proceso control por parte de la Supersociedades. En ese momento tenía deudas vencidas con sus accionistas y acreedores, que superaban los $14.000 millones.
¿Qué significa entrar en reorganización? En primer lugar este proceso no puede tener una duración mayor a 6 meses. En este tiempo la empresa gozará de una protección legal que evitará ser embargada por los acreedores, para así poder evaluar con calma qué es lo más conveniente, si salvar la compañía o finalmente entrar en proceso de liquidación.