Muchos países tienen el objetivo de lograr una mayor inclusión de las mujeres en escenarios políticos, sociales y económicos Sin embargo, parece que el proceso avanza muy lentamente: un informe del World Economic Forum de 2019 advierte que, al ritmo actual, llevará casi un siglo lograr la paridad de género. Como dice el estudio, “una línea de tiempo que no se puede aceptar en el mundo globalizado de hoy, especialmente entre las generaciones más jóvenes que tienen puntos de vista cada vez más progresistas sobre la igualdad de género”.
Las brechas son más amplias en los sectores empresarial y de negocios. En ellos falta romper los famosos “techos de cristal” que no permiten a las mujeres escalar en las estructuras corporativas y acceder a puestos y sueldos iguales o superiores a los de los hombres. Eso lleva a desaprovechar la mirada complementaria, distinta y profunda de ellas para acompañar en las juntas directivas las estrategias de las compañías, las visiones corporativas y el futuro de las organizaciones. Hoy hay esfuerzos muy concretos por vincular más mujeres a las juntas. A finales del pasado mes de enero, recibieron una carta los presidentes de las tres mil compañías más grandes de Colombia por facturación y activos. Venía firmada por Marta Lucía Ramírez, vicepresidente de la República.
Ramírez hacía una petición puntual: “La Vicepresidencia de la República, a través de la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, junto con el Consejo Asesor Presidencial de Empresarias Colombianas lo invitan a que en el próximo ejercicio de conformación de juntas directivas se incluya de manera decidida a más mujeres, aprovechando que en marzo vence el plazo para la conformación de dicho órgano decisorio”, decía el mensaje. De acuerdo con un análisis de Deloitte, las mujeres ocupan casi 17% de los cargos en las Juntas Directivas de todo el mundo. Pero ocupan solo 5,3% de las presidencias de las Juntas Directivas y 4,4% de los puestos de presidentes ejecutivos. Colombia hace un gran esfuerzo en ese sentido: una estrategia entre el Gobierno y el sector privado busca implementar en el país las recomendaciones del Club de 30%, una iniciativa internacional que busca aumentar el número de mujeres en juntas directivas, y alcanzar ese porcentaje. Este modelo opera en Canadá, Estados Unidos, Brasil, Irlanda, Reino Unido, Italia, Turquía, África, Malasia, Hong Kong, Japón y Australia. Además de Colombia, espera llegar a Argentina, Chile, Francia, Alemania, India, Indonesia, México, Rusia y Corea del Sur. De hecho, para el programa Colombia será el pionero y la puerta de entrada para llegar a América Latina. Marcela Carrasco, presidente de la división andina de MasterCard, lidera con otras el programa en Colombia y para ella las ventajas son contundentes. “De los beneficios de tener en las juntas directivas más mujeres está un incremento de entre 8% y 13% de los rendimientos sobre los activos, un aumento de 4% en el retorno de los flujos de caja y 8% de crecimiento en las ventas. Estos son resultados categóricos y queremos que ese impacto se vea reflejado en Colombia”. Según McKinsey & Company, “las empresas con diversidad de género tienen 15% más probabilidades de alcanzar una rentabilidad económica superior a la media nacional correspondiente del sector”.
Algunos estudios señalan la conveniencia de aumentar la participación de mujeres en las juntas en Colombia. Según el Centro de Estudios de Gobierno Corporativo del Cesa, en las 30 empresas con mayor capitalización y liquidez en la Bolsa de Valores de Colombia las juntas directivas estaban compuestas por mujeres en 15,3% en 2016 y en 19,2% el año pasado. Sin embargo, el incremento se presenta solo en algunas compañías y no es una tendencia generalizada. 53% de las empresas analizadas mantuvo una participación constante de las mujeres en la junta en los últimos cuatro años, 14% la disminuyó y solo 33% aumentó el número. Otros advierten que en América Latina y el Caribe las mujeres solo participan 7,9% de los puestos en las juntas directivas. Cifras de la Superintendencia de Sociedades señalan que en Colombia la cifra se acerca a 9%. Más allá de los datos, está claro que el camino por recorrer es muy largo, pues no se trata de ciclos cortos. Según Carrasco, hay que establecer un plan de mediano y largo plazo, que normalmente toma alrededor de 5 o 6 años para llegar a cumplir la meta de 30%. Algunos ejemplos recientes muestran el camino femenino en las juntas. Por ejemplo, el Grupo Energía Bogotá (GEB) acaba de designar la nueva junta que acompañará a la empresa en el mandato de la alcaldía de Claudia López. De 9 miembros, tres son mujeres: María Lorena Gutiérrez, María Mercedes Cuéllar y Martha Yaneth Veleño. Otras colombianas también se destacan en las juntas, como Rosario Córdoba, que preside la del Grupo Argos, o Ana María Ibáñez, en la del Grupo Éxito. Y nuevos nombres figuran en el contexto internacional, como Olga Botero, de la junta de Evertec, firma listada en la Bolsa de Valores de Nueva York.