Por estos días un sinnúmero de encuestas han salido a demostrar el mal momento que están viviendo las empresas del país. Muchas de ellas advierten que el mayor problema que enfrentan por estos días es la falta de liquidez, lo que se traducirá en dificultades en menos de dos meses para cumplir con sus obligaciones, como pagar la nómina. Al respecto, gremios empresariales como la Andi y entidades como Confecámaras y la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB) han llamado la atención en la importancia de brindar más ayudas financieras y que estas lleguen directamente a los empresarios. Y aunque el Gobierno Nacional ha anunciado un paquete de apoyos para el sector empresarial, traducidos en créditos, para las micro, pequeñas y medianas empresas parece que de estos muchos no verán un centavo. Parece que aún en momentos de crisis, las micro y pequeñas empresas siguen teniendo problemas para acceder al sector financiero y lo más angustiante, a los recursos brindados por el Gobierno para apoyarlos. Muchas de ellas han denunciado que las ayudas que está ofreciendo el gobierno para apoyarlas están quedando en el papel y no se están llevando a la acción.
Aseguran que han presentado trabas por parte del sector financiero que van desde la falta de un asesor especializado para las pymes informado sobre los apoyos del Gobierno hasta llenar formularios con preguntas tan ilógicas como cuál es la proyección del ebitda que esperan tener a final de este año, si la pandemia termina. Patricia Moreno es una pequeña empresaria. Junto con su esposo tienen conformada una microempresa de fabricación y comercialización de textiles para el hogar (sábanas, cortinas, entre otros), en la cual emplean a cuatro personas directas y trabajan en conjunto con satélites de confección donde la mayor fuerza laboral son mujeres cabezas de hogar. Asegura que dada la situación por el coronavirus, la fábrica y su punto de venta físico está totalmente parado y tienen una fuerte preocupación porque, según sus cuentas, tienen para sobrevivir al menos unas dos semanas. Ante esta situación, decidieron acceder a la línea de crédito brindada por Bancóldex a través de Bancolombia. Sin embargo, al acudir a la entidad de encontraron con una serie de trabas como, por ejemplo, que han establecido una sucursal especial y que la entidad les aseguró que los préstamos solo se harían con clientes previos. “Somos conscientes de que el banco tiene el derecho de aprobar o no el crédito. Pero también somos conscientes de que a estas entidades no les conviene brindar las líneas de crédito del estado porque no es rentable para ellos. En este momento requerimos de las ayudas, realmente nuestra angustia es muy grande”, afirmó. Ricardo Munevar es un trabajador independiente y que durante más de 20 años se ha dedicado a su negocio de impresión, papelería y artes gráficas. Emplea generalmente a entre 3 a 6 personas, directa e indirectamente y por la emergencia por el coronavirus, su actividad está en riesgo. Munevar aseguró que además de enfrentar la crisis por la llegada de la tecnología que ha venido transformando su actividad económica, tiene que hacer frente a la covid-19 que, según él, aceleró dicha transformación. “Llevo cuatro semanas sin generar ingresos. No hay caja y no hay recursos para subsistir”, afirmó. A esto, este colombiano aseguró que aunque el Gobierno ha anunciado alivios para los micro y pequeños empresarios, no ha brindado ayudas a los cientos de colombianos, que como él en su calidad de independientes y personas naturales tienen negocios. “Debido a mi posición dentro de la pirámide, no soy ni pyme, ni microempresario, soy una persona natural con una actividad económica registrada. Se me ha hecho imposible acceder a los alivios anunciados. El Gobierno no ha pensado en nosotros”, señaló. El mismo problema ha enfrentado cientos de empresas que pese a que cumplen con los requisitos requeridos por los bancos han recibido un no como respuesta.
Pero esta dificultad se ha incrementado con la coyuntura. Según explica Rosmery Quintero, presidente ejecutiva de Acopi, el sector financiero siempre ha visto a las mipymes como una población de alto riesgo. “Si uno mira la tasa de usura para las pymes es de cercana al 25% y para las microempresas es de 50%, ese es el techo hasta donde se puede mover el sector financiero y demuestra que no todas las ayudas para las pymes pueden ser por línea de crédito”, afirmó. En una carta enviada al senador de la República, Efraín Cepeda, la asociación expone algunas de las dificultades que han enfrentado los empresarios para acceder a las líneas de crédito que ha dispuesto el Gobierno para las empresas que requieran mantener la nómina y suplir otros costos fijos. En la misiva, aseguran que la banca ha incrementado el nivel de perfilación de riesgo de las empresas; los requisitos para acceder a los créditos resultan complejos; no están respetando el periodo de gracia y el plazo de pago establecido en los instrumentos del Gobierno Nacional; se presenta una dilatación entre la solicitud del crédito y el tiempo de respuesta de la misma. También señalan que las empresas que se han acogido a las líneas de créditos especiales con anterioridad, no son consideradas para acceder a las nuevas, los empresarios deben diligenciar cuestionarios para acceder al crédito, como si estuviesen en condiciones normales y se les exige que demuestren garantías que respalden el crédito, entre otras. “Por eso hemos insistido en avanzar hacia el subsidio de nómina. El senador Cepeda solicitó a la Superfinanciera vigilar más de cerca las acciones de bancos. Sin embargo, es urgente buscar una solución distinta”, afirmó Quintero. En la última encuesta de impacto económico de la covid-19 en las micro, pequeñas y medianas empresas que se realizó entre el 9 y 16 de abril, el 65,32% de los empresarios aseguraron que pese a las condiciones actuales en el cese de actividades han mantenido su planta de personal, seguido de un 17% que despidió entre el 1 y el 10 por ciento de sus trabajadores. Sin embargo, alertan que el 61% de empresarios considera que podrían comenzar a cesar contratos en los próximos 3 meses debido a la falta de liquidez para solventar el pago de nómina, aunado a la incertidumbre del futuro más cercano. Según datos de Acopi, se estima que en Colombia existen 1.626.280 mipymes, de las cuales cerca del 72% no se encuentran realizando actividades productivas desde que inició el estado de emergencia en el país.
Esta fuerza productiva tiene la capacidad de generar aproximadamente unos 17,8 millones de empleos en el país de los cuales 7,2 millones están relacionados con actividades de alto grado de vulnerabilidad, “por lo que si no se dan garantías para el pago de las nóminas podrían perderse”, puntualizó Quintero. También se estima que durante el mes de aislamiento y con un ritmo de actividad parcial, el segmento de las mipymes dejaría de aportar cerca de $25,8 billones, sin duda un duro golpe para la economía.