Nadie que esté vivo hoy alcanzará a ver una completa paridad de género. Esta desalentadora afirmación aparece en el Informe Global de Brecha de Género 2020, del Foro Económico Mundial, que revela que los hombres y las mujeres no estarán en pie de igualdad antes de 99,5 años. La gravedad de este pronóstico no radica tanto en que la sociedad repare su deuda histórica con las mujeres, al haberlas rezagado por siglos. Más bien en que la paridad de género tiene una elevada influencia en la prosperidad de un país. "Desarrollar la mitad del talento disponible afecta positivamente el crecimiento, la competitividad y la preparación para el futuro de las economías y empresas de todo el mundo", enfatiza el informe.
Falta mucho para alcanzar la equidad, pero también es cierto que numerosas naciones trabajan por ese propósito, con Colombia y sus empresas entre ellas. Justamente, Dinero decidió analizar cómo están los cargos de liderazgo femenino entre las mayores corporaciones del país, aquellas que hasta 2018 facturaron más de $4,9 billones (las cifras consolidadas de 2019 aún no están disponibles). En esas 20 compañías solo una mujer ocupa el cargo de CEO, Sylvia Escovar de Terpel. Pero hay unas poderosas vicepresidentas, que a diario responden por presupuestos billonarios y que toman grandes decisiones.
Entre este grupo de altas ejecutivas hay 5 administradoras de empresas, una arquitecta, una médica, 5 abogadas, 3 economistas y 4 ingenieras (2 industriales, una química, otra de petróleos y una eléctrica). El 25% de ellas estudió en la Universidad Javeriana, 15% en la Bolivariana y un porcentaje igual en Los Andes y en Eafit.
Administradoras de empresas, abogadas e ingenieras son las profesiones más recurrentes de las vicepresidentes más poderosas de las 20 firmas más grandes del país. Mayoritariamente son mamás y coinciden en que la clave está en organizarse bien y lograr la corresponsabilidad en el hogar con sus parejas. Aceptan que existe el llamado techo de cristal, impuesto por la sociedad y los miles de estereotipos que impiden el avance de las mujeres en el mundo corporativo. Pero también mencionan el techo de hierro, derivado de la culpa que se autoimponen las mujeres para no sentir que abandonan a sus familias. En el frente del techo de cristal, se asume que los posibles gastos adicionales asociados a la maternidad y al cuidado de los hijos frenan la contratación de talento femenino. No obstante existe otro problema menos evidente. En efecto, las mujeres no saben negociar sus condiciones laborales y eso hace, muchas veces, que entren a los empleos con desventaja ante los hombres. Licencia de paternidad Suena paradójico, pero una de las soluciones propuestas para reducir la brecha de género no es aumentar la licencia de maternidad, sino la de paternidad, para que los hombres puedan dedicarles más tiempo a sus bebés. Tatiana Garcés, socia administradora de Baker McKenzie, señala que ampliar la licencia de paternidad ayudaría mucho a equilibrar las cargas. "Otra opción sería obligar a las empresas a tener representación femenina en sus órganos de dirección o dar ventajas tributarias a quienes muestren resultados concretos sobre la reducción de las brechas”, señala la abogada. Para Carolina Saggiomo, gerente de formación de Adecco, el empoderamiento femenino encuentra un freno en el estereotipo de que la mujer no es buena líder porque no concuerda con su naturaleza.
En este orden de ideas, “resulta fundamental reforzar desde la feminidad las competencias gerenciales necesarias para la toma de decisiones, la negociación y el manejo del conflicto, la resolución de problemas, y muy importante: el balance entre lo personal y lo laboral, así como mucha autoconfianza para saber exigir asertivamente sus derechos a un salario igualitario y a las mismas posibilidades de aspirar y alcanzar puestos directivos”, puntualiza Saggiomo. El presidente del Grupo Aval, Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, señaló que el liderazgo de la mujer es clave en el sector empresarial y prueba de ello es que de los 110.000 colaboradores que tiene el grupo, 57% son mujeres. "Soy un convencido de que las capacidades de las personas se miden por sus resultados y estos dependen de la voluntad con la que se afrontan los retos, la dedicación, la preparación académica y la experiencia, no por el género", sostiene.
Falta mucho trabajo por hacer, pero comparativamente Colombia y Brasil llevan la delantera en temas de equidad en América Latina, por encima de México, Chile y Ecuador. Justamente, las 20 mujeres que protagonizan este especial demuestran que sí es posible avanzar en los organigramas de las empresas y que, además, las mujeres pueden ser muy buenas líderes. Es probable que algunas de ellas, que hoy están en la segunda línea de mando, lleguen a ser CEO. O sea, viene una camada de presidentes con nombre de mujer. En los siguientes links puede encontrar las historias: