Recientemente en Colombia se han conocido varios casos de accidentes laborales que se pueden catalogar como graves, ya que algunos han acarreado la muerte de trabajadores. Uno de los casos más representativos es el del puente Chirajara que en enero de este año se desplomó dejando 10 víctimas fatales y varias personas heridas.Otro caso, también registrado en el primer mes de este año, fue la explosión en la planta de Riopaila en la que un trabajador murió y otros tres quedaron heridos. En este caso, las personas afectadas trabajaban para la empresa Servicios de Hidrolavados de Alta Presión, contratista de la azucarera con quien tenía relación comercial desde 2016.Estos casos, entre otros, han puesto a trabajar a la industria aseguradora en el mundo para reducir al máximo los riesgos y accidentes laborales utilizando estrategias más preventivas que curativas.Por ejemplo, en Colombia ha habido una reducción de 7% en los accidentes laborales en 2017 frente a 2016, según el análisis de la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda). De acuerdo con el gremio, el número total de accidentes de trabajo al término del año pasado fue de 655.570, mientras el número de enfermedades calificadas como de origen laboral fue de 9.690, lo que representa una caída de 8% en comparación con los datos de 2016.Sin embargo, no todo el panorama es alentador si se tiene en cuenta que el año pasado hubo un promedio de trabajadores afiliados al Sistema General de Riesgos Laborales de 10’234.360. Lo que significa que menos de la mitad del total de ocupados en el país que en diciembre del año pasado llegó a los 22’649.000 -según las cifras del Dane- está afiliada. Y el número de empresas que hacen parte de este sistema se situó en 742.450.Recomendado: Riopaila aseguró que accidente en su planta fue responsabilidad de un contratistaSegún el Consejo Colombiano de Seguridad (CCS), en 2017, en promedio, 6,4 trabajadores de cada 100 sufrieron accidentes laborales. Además, el Consejo destacó que el sector de la construcción, industria manufacturera, minas y canteras, y agricultura son las más riesgosas cuando de accidentes laborales se trata.Por regiones así va el panorama:
Esto ha llevado a las empresas en el país a que, entre 2016 y 2017, hayan invertido en el sistema de riesgos laborales recursos que llegan casi a los $2 billones anuales y que están distribuidos de esta forma:
Dinero habló con Ítalo Benjamín Cardona, especialista de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en legislación laboral y en administración de trabajo, salud y seguridad, en el marco del Congreso de Seguridad, Salud y Ambiente, quien explicó que el tema que ha preocupado al sector desde hace varios años es que los países cuenten con un adecuado sistema de registro y notificación de accidentes.“Nos encontramos que el sistema colombiano exige que las empresas deben notificar e informar sobre los accidentes en general que resulten en su empresa a las ARL’s. Y que, en el caso de aquellos accidentes graves, se reporten al Ministerio de Trabajo para que hagan una gestión en conjunto. Sin embargo, aunque hay un registro importante o una cuenta por parte de estas instituciones sobre el nivel de accidentalidad, nos sigue preocupando el subregistro o aquella notificación que nunca llega a esas bases de datos”, abundó Cardona.Al respecto, el coordinador de la OIT en Colombia, recalcó que “no se está visibilizando que reportar los accidentes de trabajo sirve para contar con un panorama adecuado y diseñar adecuadas estrategias para la prevención de éstos. Si no tenemos una estadística completa, que nos identifique los diferentes sectores donde hay riesgos, nos es más difícil avanzar, de alguna manera, en las respuestas que se pueden ofrecer”.Visite: Al menos cuatro muertos al desplomarse viaducto en construcción en ColombiaBuscando reducir significativamente los accidentes laborales, riesgos y aumentar la concentración de los trabajadores, desde las nuevas tecnologías, un importante número de empresas ha trabajado en mecanismos especializados que ayudarían a debilitar los riesgos laborales.En ese sentido, Dinero quiso hablar con Alfredo Steve Sherrintong, psicólogo, doctor en Gestión de Negocios Internacionales, especialista en el área de la ‘neuroseguridad’, para que expusiera cómo desde este campo se pueden mitigar los riesgos y accidentes dentro de una compañía.El especialista indicó que este término estudia el funcionamiento del cerebro a la hora de tomar decisiones y qué es lo que sucede en una persona -a nivel cerebral- cuando decide hacer una u otra cosa. Es decir, identifica los comportamientos seguros e inseguros en los humanos.Hay que decir que este modelo se ha aplicado en la toma de decisiones en el comportamiento seguro; o sea, qué es lo que hace que un trabajador decida o no ponerse, por ejemplo, un casco de protección pese a que ha tenido capacitaciones y conoce los riesgos de no hacerlo.“Para esto hemos estado estudiando ya varios años este comportamiento y lo que hemos visto es que las personas inseguras toman decisiones que tienen que ver con factores emocionales. Tienen un cerebro más inmaduro, funcionan como si fueran adolescentes que se dejan llevar por los gustos e impulsos y no alcanzan a controlarlos”, sostuvo Sherrintong.Y agregó que “las personas seguras también tienen ganas de quitarse el casco, pero lo saben controlar. Es aquí donde juega un papel importante el aspecto emocional”.Según el experto, cuando se toma la decisión de salvar o no la vida de un compañero provoca cambios interesantes en el cerebro. Se reestructura una idea porque ya la seguridad no es algo impuesto para cumplir una norma, sino para saber el para qué hacerlo ‘yo soy capaz de proteger al otro’.Los erroresDinero -con base en las hipótesis y estudios de Ítalo Benjamín Cardona, especialista de la OIT, y de Alfredo Steve Sherrintong, psicólogo, doctor en Gestión de Negocios Internacionales- le ofrece una lista de errores que no se deben cometer en una empresa si lo que se busca es reducir los accidentes laborales:No identificar y notificar sobre los accidentes laborales que ocurren en la compañía.
No formar equipos que investiguen los posibles riesgos que hay dentro de una compañía y sus causas. No generar recomendaciones para cada espacio y/o labor.No identificar qué acciones pueden ser puestas en marcha para prevenir accidentes y reducir riesgos laborales y profesionales en el futuro.No identificar que las acciones que cada persona practique tienen repercusiones en otros. Se debe partir de la premisa que todos pueden salvar la vida de todos, desde el gerente general o dueño hasta el menor cargo dentro de una compañía.Fallar en la selección de personal, ya que hay personas que al ponerse nerviosas al verse expuestas no se controlan lo que los lleva a cometer graves errores al interior de un proceso o empresa. Al respecto, Sherrintong aseguró que ya no se debe capacitar en conocimientos teóricos sino en ‘neurocompetencias’, qué es lo que hay en el cerebro que permite ejecutar o no una acción.Puede interesarle: Así quedó el balance de accidentes y enfermedades laborales en 2017 No entrenar al personal. Se deben desarrollar las capacidades de cada trabajador y no solo enfocarse en el conocimiento. “La mayoría de las empresas cumplen muy bien con hacer los cursos de normas, pero no hacen el proceso de internalizar -tanto cognitiva y emocionalmente- esta información. Hemos visto personas que son excelentes en la teoría, pero en la práctica se asustan”, detalló Sherrintong.
En resumen, cada empresa debe recordar que una compañía saludable y menos accidentada es mucho más productiva, no solo en materia de costos, sino en garantizar derechos a los trabajadores para así no perder personal calificado y capacitado para aumentar las cifras en cuanto a producción, ventas, ingresos, entre otros.