El año pasado no fue el mejor para la producción de esmeraldas en el país. Se trata de un negocio atado directamente a la suerte. En la medida en que los mineros encuentran una veta, la producción es constante y los números son positivos. En contraste, puede pasar meses o incluso años para hallar un depósito de estos. Son los caprichos de la naturaleza. Se trata de un negocio muy diferente al carbón u otros productos en donde se puede determinar con mucha precisión la cantidad de mineral en un yacimiento. En gemas preciosas, el tema es de azar. Según Óscar Baquero, presidente de Fedesmeraldas, gremio de los productores de esta gema en el país, en 2018 se exportaron US$122 millones en gemas talladas, un 2% más de lo reportado en 2017. El departamento de Boyacá, con 1.332 títulos mineros vigentes, aporta el 99% de la producción nacional. Así mismo, cerca del 95% de la producción local termina en mercados internacionales. Lea también: Esmeraldas un mercado más pulido Para ampliar el negocio y la rentabilidad de la actividad, hay dos opciones. La primera es ampliar el número de minas y la exploración. Algo que se complica por estos días debido a los cambios en las reglas de juego en materia tributaria y en inversión extranjera. Solo Fura, de origen canadiense está en fase de nuevas producciones en Boyacá. No hay que olvidar que esta compañía oficializó a comienzos de 2018 la adquisición del 76% de las acciones emitidas y en circulación de Esmeracol, titular del contrato en la mina de esmeraldas de Coscuez (Boyacá). El contrato se ha otorgado por un período inicial de 30 años, finalizando en diciembre de 2020, con posibilidad de prórroga de hasta tres décadas adicionales. En la actualidad esta mina boyacense es considera de las tres principales productoras de esmeraldas en Colombia, a pesar de su rezago en materia de tecnología. Otra posibilidad es aumentar los ingresos del sector por la vía de un mayor componente de valor agregado. En ese sentido, el gremio de las esmeraldas mantiene contactos con el gobierno del Presidente Iván Duque para crear una industria alrededor de la joyería de esmeraldas. A la fecha no hay mayores avances, pero puede ser una buena salida. Países como India y China han logrado generar en los últimos años toda una industria próspera con este tipo de productos, que requieren de mano de obra especializada y tecnología de última generación para la confección y montaje de estas piezas. Lea también: Muere el Zar de las Esmeraldas En este momento, según Fedesmeraldas, Colombia está exportando esmeraldas a los países de Asia: China, India, Hong Kong, pero también Estados Unidos –que de hecho se ha convertido en importante distribuidor de esmeraldas en el mundo–. Estos países, además, son los que más consumen esmeraldas per cápita por año. Ayuda mucho que en materia de seguridad las cosas han mejorado frente a lo sucedido en los 80 y 90. Aunque hace unos años atrás hubo rebrotes de violencia con nuevos grupos y clanes que estaban emergiendo. “En los últimos 3 años las cosas han estado más tranquilas”, comenta Baquero.