Este bogotano es uno de los pocos músicos colombianos que no han tenido reparo en hacer su carrera musical al margen de las grandes casas disqueras. Después de 12 años de carrera, López es conocido por sus originales iniciativas artísticas cargadas de contenido social. No en vano en 2006 fue elegido ‘mensajero de la no violencia’ por la ONU y en noviembre próximo viajará a Alemania para la conmemoración de los 20 años de la caída del muro de Berlín. Su carrera empezó hace 18 años en Bogotá como baterista de Poligamia. Después de su disolución en 1997, López continuó su carrera en dos líneas: dar rienda suelta a sus diversas inquietudes musicales y articular proyectos para construir tejido social. En su primera faceta se estrenó en 1998 con Alas de Prueba, un proyecto que retomó nuevamente en 2003 y 2007. En 1999 lanzó Vacío y Realidad junto al jazzista colombiano Antonio Arnedo. Pero fue su faceta social la que más repercusión tuvo, primero con los Invisibles Invencibles, un proyecto para revalorar a los músicos callejeros de Bogotá, y luego con el Batallón Artístico de Reacción Inmediata, un colectivo de músicos que reaccionaban ante hechos de violencia, que posteriormente se convirtió en su proyecto Toda Bala es Perdida, donde nació su ya célebre ‘escopetarra’. Con este peculiar artefacto López quiso simbolizar el cambio que puede tener una persona en su proyecto de vida e inició una serie de viajes por comunidades vulnerables de Colombia y el mundo. A sus 36 años López vive de la música y considera que “en un país como éste no tiene ningún sentido vender discos y salir en emisoras, porque no hay un destinatario y no se aporta nada a la sociedad”.