SEMANA: ¿Qué fue lo que pasó esa mañana del 25 de enero?
Daniel Gutiérrez: Hubo una amenaza que llegó primero a uno de los asesores de mi despacho y que labora en la Dirección General. Le enviaron mensajes con signos de sorpresa y con el nombre de su esposa, me cuenta que todo fue por WhatsApp, pero al verificar y llamar a su familia, nunca les enviaron nada a ellos. Así que en ese momento nos pareció sospechoso el desayuno que llegó al séptimo piso donde está el despacho. Activamos los protocolos, los caninos revisaron y marcaron una señal por posible presencia de explosivos.
SEMANA: ¿Y qué más pasó?
D.G.: Se aísla el lugar, nos comunicamos con antiexplosivos para revisar todo el lugar y en ese momento se determina y encuentra dentro del desayuno que hay una caja con papel regalo de relojes. Al destaparlo, encontraron una carta a mi nombre con amenazas y una granada de fragmentación. Ahí supimos que las amenazas que le llegaron al asesor no eran contra su familia.
SEMANA: ¿Cómo reaccionó en ese momento?
D.G.: Cuando el asesor me dice que lo están amenazando a él, pues lo tomé con tranquilidad pero quise controlar la situación para verificar todo. Nuestra actividad genera que lleguen amenazas por celular, pero al ver ese desayuno sorpresa donde hay una granada, pues entendimos que el terrorismo nos quiere sembrar terror. Tuvimos calma para que los expertos hicieran el procedimiento, ellos viven con esas situaciones a diario y hacen una excelente labor.
SEMANA: ¿Hubo fallas en la seguridad?
D.G.: Se están revisando todos los protocolos de seguridad, hay que mirar cuáles fueron las fallas, cómo llegó el paquete, revisar hipótesis y reunir información. Eso será clave para la investigación pero no puedo decir más sobre ese asunto porque están indagando.
SEMANA: ¿Qué hicieron con la caja sorpresa que le llegó?
D.G.: Cuando se descubrió la granada se aisló todo el séptimo piso para no poner a nadie en riesgo, los técnicos antiexplosivos hicieron su trabajo como siempre. Afortunadamente nada pasó. y todo quedó en un susto del momento.
SEMANA: ¿Por qué le quieren hacer daño?
D.G.: Seguramente hay personas incómodas con nosotros. Hay muchas personas que no hacen las cosas bien y otras que afectan la transparencia, ellos deben estar incómodos. Los corruptos seguramente están molestos, hemos pisado callos y eso les ha molestado a los corruptos por los cambios que hemos hecho, los traslados, las requisas y las investigaciones. Hemos detectado una cantidad de anomalías, redes y situaciones que no son normales en las cárceles. Seguramente es por eso, pero seguiremos trabajando.
SEMANA: ¿Siente temor por su vida?
D.G.: Ese es un sentimiento del ser humano, el temor y el miedo siempre están presentes, pero desde el día que ingresamos a la Policía Nacional sabemos que estamos dispuestos a dar la vida por el país, y eso hacemos todos los policías. Es un servicio a la sociedad. Hoy estoy al frente de la Dirección del Inpec; mañana, no lo sé, pero el riesgo es constante. Uno siempre siente temor, pero el uniforme le brinda esa valentía, para eso nos formamos como policías.
SEMANA: ¿Su familia qué le dice?
D.G.: Están preocupados porque se trató de una granada, ese es el fin del terrorismo: generar zozobra y miedo. Hablé con ellos y les expliqué todo lo que está pasando. Llevo más de 20 años en la Policía, muchos de ellos en zonas de orden público, así que entienden mi trabajo y me apoyan.
SEMANA: ¿Qué les dice a quienes lo están amenazando y lo quisieron matar?
D.G.: Estas situaciones hacen parte del cumplimiento de nuestras labores, en este caso, por estar al frente del Inpec pero seguiremos trabajando en las directrices que nos han dado. Dejaremos la investigación a las autoridades y se encargarán de establecer qué fue lo que pasó y quiénes son los responsables. Puede ser irónico, pero esto nos demuestra que vamos por buen camino y seguiremos trabajando fuertemente.