Esas primeras notas del piano, seguidas de las trompetas, claves y percusión, acompañadas de aquella inigualable voz salsera, que grita “vacílalo, rumbero”, se convierten en la invitación que va desde el experto hasta aquel que se niega rotundamente a salir a la pista de baile. Es una melodía que a los colombianos les recuerda a la música de su cultura y a los extranjeros una necesidad de mover las caderas.
Han pasado más de 30 años desde que, en un estudio en Medellín, se grabó esta canción dedicada a la capital del Atlántico en la voz de el ‘centurión de la noche’. Una canción que hoy en día se escucha como si fuese el lanzamiento del año, que se escucha en las diferentes festividades del año y es la encargada de acompañar el famoso Carnaval de Barranquilla.
Esta canción hace parte de los éxitos que Álvaro José Arroyo grabó acompañado por su orquesta, La Verdad. Este sencillo que según el manager musical Jesús Fuentes es “el himno de Barranquilla”, y es el responsable de cómo el mismo Fuentes afirma, “el que le da la bienvenida a la ciudad y fue el que inmortalizó a ‘El Joe’ “. El proceso creativo de esta canción estuvo a cargo de Joe Arroyo y su arreglista y pianista Chelito de Castro.
En sus más de cinco minutos, esta canción es un poema que tuvo como principal inspiración a las personas barranquilleras, el clima, los paisajes de la ciudad conocida como ‘La Arenosa’. En cada estrofa ‘El Joe’ le canta aquellas letras expresando, desde su punto de vista, lo que para él significaba su ciudad adoptiva.
El manager musical Alberto Murgas explica que Joe Arroyo siempre quiso vivir y ser aceptado en esta ciudad, que “amaba profundamente”. Murgas expresa que “cuando surge esta canción, él finalmente logra la aceptación total de ese público que anhelaba conquistar”.
Versos como “encantadora con mar y río”, haciendo alusión a la unión del Magdalena con el mar Caribe, en la principal desembocadura del ‘río Grande’ conocida como Bocas de Cenizas. “Del cantor al pueblo que adora a la nobleza y sentir de su gente acogedora …” describiendo, según él, a las personas de esta ciudad. O aquel verso que le da el significado de la palabra Barranquilla afirmando que es “la esperanza de la vida”, componen la melódica dedicatoria.
Según explica el manager Fuentes, fue esta canción la que le abrió las puertas al público barranquillero y fue en esa ciudad donde se forjó como artista. “Esta ciudad no lo había acogido completamente, pero cuando él graba ‘En Barranquilla me quedo’, la ciudad lo acoge y lo lanza al estrellato mundial”. Afirma Fuentes.
Aunque nació en Cartagena, el hijo adoptivo de Barranquilla se mudó, y como decía en su icónica canción, allí se quedó. Álvaro José ‘Joe’ Arroyo falleció el 26 de julio de 2011, a las 7:45 de la mañana, en la clínica La Asunción, después de pasar más de un mes en la unidad de cuidados intensivos (UCI) a raíz de una neumonía, problemas renales y una crisis cardiaca. Los restos del músico yacen en el parque funerario Jardines de la Eternidad, ubicado en dicha ciudad.
Actualmente, la canción cuenta con más de 700 millones de reproducciones en la plataforma Spotify, y según el perfil del artista en dicha aplicación, que cuenta con más de 2 millones de oyentes mensuales, “En Barranquilla me quedo” es la segunda canción más popular, únicamente superada por “La Rebelión”.