SEMANA: Si el censo habla de 63 cóndores, ¿con la muerte, en esta última semana, de tres aves de la especie, solo quedan 60 en el país?
FAUSTO SÁENZ: No, por diversas razones. Cuando se desarrolló el censo, entre el 13 y 15 de febrero de este año, el clima tuvo bastantes dificultades, entonces es posible que alguno de los individuos no haya quedado en los registros. Por otra parte, varios, por ejemplo los juveniles, presentan unas probabilidades de detección menores. Lo que sí está claro es que es la aproximación más acertada que se tiene en cuanto al estado de las poblaciones del cóndor andino en Colombia. Vemos que los datos que nos mostró el censo es que la población no se está renovando a un ritmo suficiente.
SEMANA: ¿Calculaban esa cantidad de cóndores que mostró el censo?
F.S.: Pensábamos que sería un número más alto. Los datos indicaban que había entre 130 y 200 individuos y esperábamos que se mantuviera en una cifra similar, pero en realidad, los resultados fueron desalentadores. Sin embargo, es necesario continuar con el desarrollo de estos censos en los siguientes años para poder tener una tendencia y unos datos más claros sobre el estado de las poblaciones de la especie en Colombia.
SEMANA: ¿La especie está en vía de extinción?
F.S.: Sí, en el ámbito internacional, ascendió de categoría a una de mayor riesgo, que es la categoría de vulnerable; es decir, para todo su rango geográfico en la cordillera de los Andes. Y para Colombia está en la categoría máxima de extinción, que es la categoría de peligro crítico.
SEMANA: ¿Hay algo que se pueda hacer para evitar que la especie se extinga?
F.S.: Saber cómo está la especie; por eso insistíamos hace varios años en realizar el censo. Es muy difícil proponer estrategias de conservación sin saber cuántos individuos de la especie hay en el país. También, seguir estudiando otros parámetros de su biología, sus movimientos, la selección, su disponibilidad de hábitat y, sobre todo, la interacción con las comunidades humanas.
SEMANA: ¿Qué impacto tendría la extinción del cóndor para el ecosistema?
F.S.: Es una especie carroñera y cumple con múltiples funciones en el ecosistema, a partir de las cuales las comunidades humanas nos beneficiamos. En primer lugar, al comerse la carroña, reduce la probabilidad de contagio por diferentes enfermedades que pueden afectar a otras especies, incluyendo al ser humano. Acelera la descomposición de la carroña, principalmente, en los ecosistemas de alta montaña, donde no hay otros carroñeros. Esto lleva, de manera indirecta, a evitar que las fuentes de agua se contaminen con cadáveres en descomposición.
SEMANA: Aparte de las amenazas del ser humano, ¿hay otro tipo de riesgos para esta especie?
F.S.: Sí. La especie tiene unas características en su biología reproductiva que la hacen muy vulnerable. El cóndor tiene unas tasas reproductivas muy bajas, pone tan solo un huevo cada dos o tres años, y alcanza su edad reproductiva hasta los ocho o nueve años.
SEMANA: ¿En qué regiones del país hay mayor población del cóndor?
F.S.: Los datos del censo indican que en la región de los Andes nororientales, los páramos de Boyacá, Santander y Norte de Santander es donde se concentra la mayor cantidad de individuos. Allí se registraron 34. En la región Caribe también hay población, en los departamentos de Cesar y Magdalena. En la Sierra Nevada de Santa Marta se registraron un poco más de 10 individuos.
SEMANA: ¿Qué mensaje les envía a los colombianos con respecto a la preservación de esta especie?
F.S.: Es necesario profundizar aún más en el trabajo con el cóndor andino, trabajar de la mano con las comunidades, buscar alternativas que mejoren los medios de vida de esta especie. Es un llamado a las instituciones para que entre organizaciones, instituciones territoriales y ambientales, nos unamos y trabajemos para generar información, así como establecer proyectos que lleven a disminuir el conflicto y mostrar la importancia de la especie.