En 1984 el entonces procurador general, Carlos Jiménez Gómez, se reunió en Panamá con Pablo Escobar y sus personas de confianza. El encuentro, al que también asistió por petición del gobierno el ex presidente Alfonso López Michelsen, pretendía conocer una propuesta de negociación y entregársela al presidente Betancur, pero todo terminó convertido en un escándalo que nunca se aclaró del todo. Desde aquella época Jiménez Gómez ha tenido que responder infinidad de veces, incluso ante la justicia, a los cuestionamientos por esa reunión. Algo extravagante para este hombre nacido en Carmen de Viboral en 1930, que dedicó su vida a la abogacía. Jiménez Gómez estudió Derecho en la Universidad de Antioquia, fue secretario de la Gobernación de ese departamento en 1961 y del Ministerio de Fomento de Guillermo León Valencia. Después de este cargo, regresó al derecho civil, hasta que fue designado Procurador (1982- 1986). En su cargo tuvo que enfrentar el proceso de paz con la guerrilla, la toma al Palacio de Justicia y el nacimiento del paramilitarismo. Una vez terminó su período y su paso fugaz por el movimiento Colombia Unida, regresó a su oficio. Hoy, a los 79 años, Jiménez sigue ejerciendo y, por supuesto, “leyendo y escribiendo, pues mi pasión son las letras”. De hecho, hace poco presentó su último libro de los casi 20 que ha escrito: Camino de la tragedia nacional, en el que responde las dudas que lo han atormentado desde que fue Procurador, y en el que deja su testimonio sobre el famoso encuentro en Panamá. “A estas horas, mucha gente piensa que eso fue una conspiración contra el Estado y contra la moral, pero ahí, en ese libro, está contado todo”, dice.