Hace 30 años, SEMANA dedicó su portada a la polémica sobre el presidente de uno de los equipos de fútbol más importantes del país.“Lo que se ha dicho de Hernán es toda una leyenda”. Así enfrentaba Rosalía Montoya, esposa de Hernán Botero Moreno, presidente del Atlético Nacional, los rumores que surgieron contra su esposo, quien primero se hizo famoso en el mundo en 1981 por una foto en la que mostraba un fajo de billetes al árbitro en el estadio Atanasio Girardot. Él siempre dijo que esa tarde el árbitro estaba comprado y salió a gritarle, con plata en mano, que cuánto le había pagado el DIM.De este polémico dirigente deportivo se decía a comienzos de los años ochenta que había lavado millonarias cantidades de dólares, supuestamente provenientes de actividades de narcotráfico, y que de ahí provenía su fortuna. A raíz de estas y otras acusaciones, el gobierno de Estados Unidos pidió formalmente su extradición. La justicia estadounidense lo acusaba de haber sobornado a un grupo de banqueros para que lo ayudaran a ocultar consignaciones millonarias de dólares, y también de no declarar ante ese país el manejo de grandes sumas de dinero. Aunque en ese momento se pensó que los extraditables eran solo los directamente acusados de narcotráfico, lo cierto es que Hernán Botero pasó a la historia como el primer extraditado. Fue condenado a 30 años de cárcel y, tras cumplir parte de la misma, hoy vive en Medellín.