El 8 de junio de 2001, Emilio José Archila, por entonces el superintendente de Industria y Comercio, se enfrentó a la decisión más difícil de su carrera. Al examinar la fusión de Avianca y Aces, encontró que ésta, además de perjudicar a los usuarios, desembocaba en un monopolio del transporte aéreo en Colombia. Las dos aerolíneas apelaron esta decisión, el gobierno de Andrés Pastrana lo separó del caso y el 27 de agosto del mismo año renunció a su cargo. En 1996, antes de llegar a la Superintendencia, Archila había fundado una oficina de asesoría jurídica que fue contratada para reestructurar varias de las entidades estatales más grandes del país. Posteriormente, fue delegado de seguros en la Superbancaria y dirigió el departamento de derecho económico de la Universidad Externado de Colombia. Desde el primero de septiembre de 2001, tan pronto salió de la Superintendencia, Archila volvió a montar la oficina de abogados y hoy, con 40 años, una esposa y un hijo de 5 años, les brinda asesoría jurídica a diferentes empresarios del país.