SEMANA: ¿Qué significa alcanzar la neutralidad de carbono en Colombia?

Iván Duque: El camino no es llegar a cero emisiones, sino que lo fundamental es ser capaces de neutralizarlas cuantos antes. ¿Cómo? Con nuestro propio comportamiento y con nuestra capacidad creativa.

Y en este punto hay que decir que de la misma manera como nosotros nos proponemos neutralizar las emisiones, es importante tener siempre una hoja de ruta sólida para la conservación y protección de nuestra naturaleza, en lo que podemos llamar carbón neutral-nature positive. Es decir, carboneutralidad y naturaleza positiva.

Y nuestra hoja de ruta comprende acciones y avances en materia de transición energética, movilidad limpia, Economía Circular, cero deforestación, soluciones basadas en naturaleza, la conservación del 30 % del territorio, etc.

SEMANA: Presidente, ¿cómo implementar esta estrategia de forma integral, para lograr la meta que se plantea a 2050, y que no se quede como un proyecto importante, pero inconcluso?

I.V.: Esa ha sido nuestra línea y nuestro derrotero desde el primer día de Gobierno. Hemos buscado que, de manera integral, nos pongamos en la tarea de liderar la transición energética en América Latina. Ya hemos pasado de 28 megavatios que teníamos en el año 2018, a tener —entre proyectos concluidos, en ejecución y recientemente adjudicados en subasta— más de 2.800 megavatios. Es decir, un salto de 100 veces lo que teníamos en agosto de 2018.

Segundo, hoy Colombia lidera la movilidad limpia en América Latina. Tenemos la flota de carga y de transporte de pasajeros con vehículos eléctricos más grande de la región, y estamos avanzando, de manera exponencial, en la venta de vehículos eléctricos en el país.

Tercero, tenemos una agenda de Economía Circular que involucra a cientos de empresas y que, adicionalmente, nos lleva a asumir el compromiso de ‘producir conservando y conservar produciendo’. También estamos combinando la lucha contra la deforestación, sembrar 180 millones de árboles y estructurar un esquema de soluciones basadas en naturaleza, que hoy hacen de Colombia el país con la visión más integral para la carbononeutralidad en América Latina.

El presidente Iván Duque lanzó su nuevo libro 'El Camino a Cero'. | Foto: Juan Pablo Bello

SEMANA: ¿En qué áreas de la defensa medioambiental puede Colombia dar ejemplo a los demás países y qué alianzas estratégicas existen con otras naciones para combatir el cambio climático?

I.V.: Sin lugar a dudas, el primer aspecto en el cual Colombia está liderando es en transición energética. Segundo, en movilidad limpia. Tercero, Colombia está participando activamente en la campaña de siembra de árboles del One Trillion Trees Initiative, lanzado en el Foro Económico Mundial hace dos años, y nosotros vamos a cumplir la meta de sembrar 180 millones de árboles para el año 2022. Pero lo más importante es que el año entrante Colombia logrará que el 30 % de su territorio sea declarado área protegida.

Todo esto pone a Colombia hoy a la vanguardia.

SEMANA: ¿Cómo articular la lucha contra el cambio climático y la lucha contra el narcotráfico, que es uno de los principales responsables de la deforestación?

I.V.: Es muy importante tener en cuenta que la producción de cocaína es un ecocidio. Para sembrar una hectárea de coca se destruyen más de 2 hectáreas de selva tropical, se hacen vertimientos de químicos y, lo que es aún más dramático, para producir un kilo de coca se utilizan galones de gasolina. Todas estas sustancias terminan en los bosques, en las cuencas y afectando, también, el patrimonio natural de países como el nuestro.

Además de todo eso, es muy importante que, en términos de emisiones, los consumidores también sepan que si hay un producto que es altamente contaminante y cuya producción deriva de una enorme cantidad de emisiones es la cocaína.

Mostrarle al mundo esa realidad también sirve para que haya una mayor conciencia de que, cuando se enfrenta el narcotráfico, no solamente se está luchando contra un ecocidio, contra un negocio que genera asesinatos, secuestros, violaciones de derechos humanos, sino contra uno de los negocios que tiene mayor impacto destructor por cada unidad de producción, frente a las emisiones de gases efecto invernadero.

SEMANA: ¿Cuál ha sido la inversión económica de Colombia en la lucha contra el cambio climático, y qué le hace falta al país para que las emisiones bajen más?

I.V.: Nosotros hemos logrado tener un marco de inversión público-privada muy importante. Hoy Colombia está teniendo la mayor inversión de su historia en transición energética; está teniendo la mayor inversión registrada en vehículos eléctricos; está viendo inversiones de empresas en Economía Circular y en el propio Estado. Hoy, una empresa como Ecopetrol se convirtió en la principal autogeneradora con energías renovables y una empresa como Cenit ya alcanzó la carbononeutralidad.

Adicionalmente, estamos invirtiendo en toda la protección del tejido natural, logramos la mayor inversión de regalías para el sector ambiente, y todo esto sumado a que estamos dándole cabida a la creación de un gabinete de cambio climático y de acción climática en Colombia para que estemos articulados todos los ministerios, con lo cual hemos consolidado no solamente la mayor inversión ambiental registrada por Colombia, sino toda hacia un impacto medible.

SEMANA: ¿Cómo está el país en materia de pedagogía sobre el cambio climático?

I.V.: Falta mucho, pero se ha avanzado mucho. Yo creo que hoy hay una gran conciencia ciudadana sobre el problema de la crisis climática. Hemos visto que las empresas, la juventud, tienen una preocupación clara, pero yo creo que el paso más importante que tenemos que dar es cómo cada uno de nosotros puede reducir la huella individual de carbono; cuántas emisiones estamos generando en la forma en la que nos transportamos, en la forma en la que alimentamos, en la forma en que consumimos agua, electricidad, etc. Y yo creo que en la medida en que tengamos grandes propósitos nacionales, pero también cada uno de nosotros sepa dar el aporte que corresponde a la reducción individual de gases efecto invernadero, estaremos conduciéndonos hacia un mejor estado.

También es importante lo que ha lanzado el Ministerio de Ambiente, en cabeza del ministro Carlos Correa, y es la Escuela Nacional de Formación Ambiental, que se conoce como Savia, y que está unida a una gran red que se conocía como Jóvenes de Ambiente, donde queremos irrigar capacitación, pedagogía, desde los jóvenes hacia la sociedad.

SEMANA: ¿Cuáles son los focos de atención en cuanto a medio ambiente en Colombia?

I.V.: Hoy, sin lugar a dudas, tenemos que lograr varios propósitos. Quizás el más retador es que tenemos que lograr que Colombia sea un país cero deforestación, de cara al año 2030 o antes. La Campaña Artemisa, sumada también a las soluciones basadas en naturaleza, al pago por servicios ambientales y a los Contratos de Conservación Natural, nos permitió, en el primer semestre de este año, reducir la tasa de deforestación un 34 %.

En la medida en que castiguemos estas conductas como lo que son: verdaderos delitos, y tengamos los incentivos para que haya más conservación, vamos a lograr ese gran objetivo nacional. El año entrante lograremos que el 30 % de nuestro país sea declarado como ‘zona protegida’, y es muy importante que, a partir de eso, nosotros logremos, de manera eficaz, que al conservar podamos también generar ingresos para las familias que participan en esos procesos, a través de los mercados de créditos de carbono.

SEMANA: Con lo que se trató en Glasgow y lo que se plantea en el libro, ¿cómo está la situación y a qué nos enfrentamos si no se cumplen esas metas?

I.V.: No hay un planeta B. Y en este momento tenemos que ser realistas: el mundo ha tenido muchos discursos, pero muy poca efectividad.

Hoy Colombia está mostrando que, representando solamente el 0,6 % de todas las emisiones de gases efecto invernadero, tiene una de las agendas más ambiciosas del planeta. Y si un país como Colombia lo logra, tiene que ser también un referente para los países que más han contribuido a la crisis climática.

De otro lado, también es muy claro que si nosotros no logramos, en esta década, cumplir las metas de por lo menos bajar en un 45 a 50 % las emisiones de gases efecto invernadero, lo que estaremos viendo en el mundo serán efectos irreversibles que se traducirán en un mayor deterioro de los glaciales, de los nevados, aumento en los niveles del mar, erosión costera, más desastres naturales y, por supuesto, estaremos viendo migraciones masivas derivadas de los efectos del cambio climático.

SEMANA: ¿Por qué Colombia y el mundo deben conocer la estrategia que presenta en el libro?

I.V.: Porque Colombia es un país que tan solo representa el 0,6 % de las emisiones de gases efecto invernadero, pero uno de los más amenazados por los efectos del cambio climático.

Adicionalmente, porque Colombia tiene el 52 % de los páramos del planeta; porque el 35 % de nuestro territorio es amazónico; porque el 50 % de nuestro territorio es bosque tropical; porque tenemos más de 950.000 kilómetros de aguas territoriales. Tenemos, además, atolones históricos que han generado grandes arrecifes coralinos en el Caribe y en el Pacífico, que nos privilegian a nosotros como un país de gran biodiversidad, sumado, también, a la biodiversidad de nuestro territorio continental, donde somos el segundo país con mayor biodiversidad en el planeta.

Decir todo esto es clave, porque la solución a futuro para contener la crisis climática pasa por la acción decidida de países como Colombia.

Presidente Iván Duque. | Foto: Juan Carlos Sierra

SEMANA: ¿Qué espera lograr con la divulgación de esta estrategia?

I.V.: Primero, este no es un libro político; es un libro con el que estamos hablando de un tema que no debería tener ni color partidista ni estar, además, capturado por ningún tipo de debate ideológico. Enfrentar la acción climática es un deber moral de todos, y creo que lo que se busca con este libro es compartir una visión humana, y al mismo tiempo técnica, para que todos entendamos que, hoy, Colombia, con la reciente aprobación de la Ley de Acción Climática, es un país líder. Y si todos nos apropiamos de las metas que tenemos que lograr y las volvemos metas de cada ciudadano, sin lugar a dudas Colombia va a ejercer un gran liderazgo mundial en esta materia.

SEMANA: ¿Por qué renunciar a las regalías del libro?

I.V.: Yo lo he venido haciendo desde ya hace varios años. Inclusive, desde cuando publiqué varios libros en el Senado de la República; cuando publiqué Efecto Naranja, IndignAcción, El futuro está en el centro, o cuando lo hice con El humanismo importa, siempre he renunciado a las regalías y he tratado de buscar quién pueda recibirlas, que sean fundaciones, que tengan algún tipo de servicio social.

En este caso, lo hago de igual manera.

SEMANA: Con tantas cosas que pasan en el país ¿a qué horas escribe?

I.V.: No he dejado de escribir un solo día de Gobierno. Escribo en las mañanas, escribo en las noches, escribo cuadernos, escribo notas, escribo artículos, escribo documentos técnicos y, por supuesto, llevaba ya un tiempo dedicado a este proyecto. Lo empezamos a concebir con el entonces ministro Ricardo Lozano y, sobre todo, lo hemos podido desarrollar con éxito, también, con el ministro Carlos Eduardo Correa, a quien le agradezco mucho todo su apoyo.

Este, sin lugar a dudas, es un proyecto que tomó tiempo, pero en el que fuimos incorporando cada discurso, cada conferencia, cada visión que teníamos sobre estas materias.

Entonces, me siento bastante complacido de que todo lo que hemos logrado desde la política pública —con leyes, decretos, artículos, documentos de política—, hoy lo podamos poner de una forma mucho más humana y cercana al ciudadano, para conocer el Camino a cero.